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MELILLA LEVÁNTATE: El debate del Estado de la Ciudad en el reino de Liliput

Por José Megías Aznar – Melilla.levantate@fernan

El viernes 18 me levanté con ganas de experimentar cosas nuevas y me fui al pleno de la Asamblea. La verdad que fue divertido y aburrido por los discursos tan simples que se pronunciaron (digo discursos por ser generoso).

He de decir que todos los trabajadores públicos me trataron con cariño y respeto, informándome del procedimiento para poder entrar en el ámbito de la palabra local. Sepan ustedes que hasta que no se dice audiencia pública no se puede pasar al recinto.

Una vez dentro me saludaron cordialmente Gloria Rojas (que se rió de que le llamara sor Merengue), Elena Fernández Treviño y Hassan Mohatar. Otros me miraron con desprecio y pensaron que iba allí a dar pc.

Iniciada la sesión, hubo dos minutos de silencio por las víctimas del Covid y violencia de género (ninguno por el joven Samsa, aún no se ha personado el Consejo de Gobierno en esta causa). La presidenta accidental (vestida para lo ocasión como la Mujer de Cartón Piedra de Serrat. Últimamente no sé si tiene pasión por el amor a la estética o por la estética del color. Fondo de armario tiene bastante). A su lado, el vicepresidente Conesa, éste no iba vestido para la ocasión y parecía molestarle estar allí.

Se le dio la palabra al presidente y ahí empezó mi desconsuelo. Un “discurso” pobre, insulso. Parecía escrito por Pedro Márquez. No aportó ni un mínimo de esperanza ni fe en el futuro de la Ciudad. Su momento más álgido fue decir que con Imbroda vivíamos peor. Su voz balbuciente y su pésima lectura hicieron que no me enterara de casi nada. Sí me enteré de sus palabras desafiantes a los escoltas. Decir que se dedicaban a pasearse es ofensivo. Se describió a sí mismo: es lo que hace usted, pasearse como Miss Daisy. Los escoltas que yo conocí eran dos grandes profesionales y mejores personas, (un abrazo PI y Agustín). Tras 20 minutos de tedio le “tocó” a Imbroda.

 Me dije “ahora empieza el debate”. Pues no. Se puso el traje de presidente con su tocado de armiño de zorro plateado y desarmó a todos. De Castro dijo días antes que esperaba un debate bronco de la oposición. Lo desmintió categóricamente. He de decir que el turno no le correspondía a Imbroda, sino al portavoz Marín, pero donde manda patrón no manda marinero. Imbroda desde su atalaya de la segunda fila se dijo, como Churchill, “donde esté yo, está la portavocía”.

Hizo un discurso “conciliador” (las comillas son por la profundidad maniquea que contenía). Vino a decir no hablemos de grandes cosas para el futuro, sino hablemos del aquí y ahora, pero cuando quiso poner ejemplos de ese aquí se fue por los cerros de Úbeda. No voy a relatar sus ocurrencias, eso lo hacen los periodistas profesionales. Trató a los mayores como indigentes al decir que no paguen nada por sus medicamentos. Oiga, será los que no puedan pagarlo, yo soy pensionista y sí puedo pagar lo que me corresponde por mis pastillas de la diabetes. Lo que tiene que proponer a la Asamblea es que los pensionistas del IMSERSO reciban una paga, al menos de 500 euros, para que se la gasten en lo que quieran. Le aseguro que no va a ser en lujos, sino en sus necesidades más apremiantes en la tienda de su barrio.

El momento más brillante de Imbroda fue cuando puso de ejemplo la película “La vida de Brian”. La que no estuvo rápida fue Rojas recordándole la película “El retorno del Jedi”. Imbroda consumía su tiempo y se escuchó una voz: “¡tiempo!”. Me recordó el histrionismo de Katharine Hepburn en “La loca de Chaillot”.

La intervención del representante de Vox fue muy lamentable por su ignorancia y por repetir aquí lo que dicen en Fernán Buco. Articule un discurso coherente y democrático. No merece la pena recordar sus despropósitos.

El bombazo del Pleno vino por el enfrentamiento entre De Castro y Delgado. No sé por qué se odian. Será porque los polos del mismo signo se repelen. Los dos son tránsfugas. Los dos tenían que haberse ido a su casa y no quedarse el escaño de su partido. Los dos son polichinelas en manos de Aberchán. Los dos se pelean para ver quién es más 13. Eso me recuerda a la película “El disputado voto del señor Cayo”, basada en la obra homónima de Miguel Delibes, salvando todas las distancias. Lo grandioso de Delgado que es Dr. Jekyll. Ahora, un hombre de extrema derecha que no cree en el Estado Autonómico, defiende que haya un partido localista fuerte. Vivir para ver. Lo significativo es que habla la voz de su amo, “el buen patrón”, y su acólito el niño maravillas. De ahí el ataque al PSOE y la defensa del localismo.

La intervención de Rojas, quitándole la voz a su compañera Elena, al igual que Imbroda con Marín, puso de manifiesto la similitud de los dos. Por eso dije que se besaran con tanto juego floral. Lo que no salió en el Pleno fue la reforma del Estatuto presentada por el PP y que tendrá el apoyo del PSOE. De ahí tantas felicitaciones aviesas. CPM no se enteró de lo que iba el Pleno. El PP y el PSOE se la metieron por toda la escuadra. Lo poco que habló Elena me pareció coherente y bien articulado. El discurso de Hassan, flojo y aburrido, menos mal que no consumió todo su tiempo.

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José Megías

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