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Melilla baja un 7 % el consumo de agua en 2019, que se suma a otra reducción del 5 % lograda en 2018

Melilla ha registrado en el primer trimestre de este año un descenso del 7 % en el consumo de agua potable por persona respecto al mismo periodo de 2018, un índice que se suma a la reducción del 5,03 % que ya había logrado en el conjunto del año pasado respecto a 2017. El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, consideró que se trata de “resultados correctos” a la política que está llevando a cabo la Ciudad Autónoma en cuanto al consumo d agua potable no solo para intentar aumentar la cantidad y la calidad del agua en la red, sino también para “reajustar” el consumo. A su juicio, es “una buena señal” del resultado que están dando los controles, los ajustes, la revisión de contadores y el arreglo de fugas que viene llevando a cabo la Administración melillense.
En cuanto a la primera política para que la red de suministro de Melilla cuente con más agua y de más calidad que en la actualidad, Quevedo explicó que para conseguirlo, es “fundamental” ampliar la planta desalinizadora, un proyecto que depende del Estado y que se retrasará un año sobre lo que estaba previsto, que era iniciar las obras en junio de este año.
Cuando se ejecute esta obra, Quevedo afirmó que la calidad del agua que salga de los grifos melillenses será como la del agua mineral y, al tener una cantidad suficiente, permitirá llenar el Pantano de las Adelfas, que en estos momentos está “sin una gota”, lo que supone una “espada de Damocles” por la escasa “fiabilidad del sistema” que ofrece en caso de incidencias.
En la actualidad, señaló que, si se para la desalinizadora, Melilla no tiene un sistema alternativo para el suministro de agua, ya que los pozos subterráneos apenas cubren el 40 % de la demanda actual, de ahí que la ampliación sea “fundamental” porque permitirá tener siempre 300.000 metros cúbicos de agua en el pantano, garantizando diez días de suministro.

Cortes
En cuanto a las críticas que ha recibido la Ciudad Autónoma por los últimos cortes de agua, apuntó que esta administración tiene un proyecto que estuvo discutiendo la semana pasada con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), para la renovación de la red general, que depende del Estado, y para la que se está estudiando la posibilidad de aplicar fondos europeos.
El proyecto, que podría suponer unos 8 millones de euros, está siendo redactado y la propuesta que hará la Ciudad Autónoma es que sea una red mallada y no de tipo árbol, ya que, en caso de incidencias en una línea, permite dar agua desde otra, evitando así los cortes del suministro.
Sobre la red de barrios, que corresponde a la Ciudad Autónoma, Quevedo informó de que ya se ha renovado toda y solo queda la red de la Cañada, que llevaba décadas sin tocarse, y donde se está acometiendo un proyecto de dos millones de euros, y también la del centro, que se está renovando parcialmente, aprovechando las obras que hace la Ciudad Autónoma en las calles.
Quevedo defendió que la Administración melillense invierte cada año unos dos millones de euros en el servicio de mantenimiento de la red de aguas para solventar las incidencias que se dan.

Redacción

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