El proyecto, que cuenta con el visto bueno de la Comandancia General de Melilla, está dotado con 1,3 millones de euros y se prevé que las obras empiecen a finales de febrero, puesto que la fecha límite de licitación es el 30 de enero
Los antiguos depósitos de Averroes, símbolo de la tragedia que sacudió a Melilla hace 25 años cuando el 17 de noviembre de 1997 dichos depósitos reventaron provocando una enorme riada por diferentes barrios de la ciudad causando 11 víctimas mortales y cuantiosos daños materiales, pueden tener los días contados.
La Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad ha presentado este lunes el proyecto de demolición de estas antiguas instalaciones, que cuenta con el visto bueno de la Comandancia General de Melilla (COMGEMEL) a pesar de las «dificultades» iniciales -ya que los antiguos depósitos están ubicados junto al polvorín-, y está dotado con un presupuesto de 1,3 millones de euros. La licitación del proyecto tiene como fecha límite el 30 de enero, por lo tanto, el área que dirige Hassan Mohatar, calcula que a finales de febrero comiencen las obras para la demolición de este «monumento a la tragedia».
Dicho proyecto persigue dos objetivos principales: Por un lado, la necesidad de eliminar el «recuerdo de la tragedia de la agonía sufrida» por los melillenses aquel fatídico día, y por otro lado, dar respuesta a la necesidad de que dichos depósitos «desaparezcan para siempre» de la imagen de las personas damnificadas en dicha tragedia.
«¿Cómo se ha podido permitir que durante 25 años este monumento a la desgracia y a la tragedia se ha mantenido en pie?», ha preguntado con asombro Mohatar, quien asegura no comprender los motivos por los que «ninguna administración en el pasado» haya hecho «ninguna actuación» al respecto para intentar derribar los antiguos depósitos.
Proceso de demolición
El proceso de demolición de dichas instalaciones constará de varias partes. Primeramente, se retirarán todos los residuos que se encuentren tanto en el exterior como en el interior de los depósitos: restos de tuberías, colchones, maderas, etc. «Ahora mismo se ha convertido en un hogar para personas sin techo, totalmente abandonado y sin ningún tipo de actividad en esos depósitos», ha explicado.
En segundo lugar, se estabilizarán las placas prefabricadas de hormigón, se retirarán la impermeabilización del forjado de la cubierta, previa retirada de la grava de protección. En tercer lugar, se demolerán las placas prefabricadas de hormigón de parámetros forjados, e incluso pilares con maquinaria especial para tal fin; machaqueo, extendido y compactación de los trozos de hormigón demolidos con retirada de acero corrugado para su posterior valorización, y, por último, se llevará a cabo una labor de relleno, extendido y compactación del suelo con material seleccionado hasta llegar a la cota existente antes de la construcción de los depósitos.
«Con esta actuación que se va a llevar a cabo lo que se va a hacer es aplanar el terreno, es decir, recuperar el terreno que se comió en su momento por parte del depósito. Se va a hacer una plantación especies autóctonas, y, sobre todo, nuestra idea es hacer un monolito en recuerdo de aquellas 11 víctimas que, trágicamente desaparecieron el 17 de noviembre (de 1997)», ha explicado, quien añade que la obra tiene un plazo de ejecución de seis meses, aunque confía en que esté «finiquitada» en cuatro meses ya que, tal y como ha asegurado, no se trata de una obra «técnicamente compleja».
«Simplemente se trata de demoler esos depósitos y rellenar y compactar el terreno», ha resumido, apostillando que con esta actuación «ganaremos espacio» y «se borrará de la imagen de aquellos afectados que, en su momento, sufrieron pérdidas humanas y materiales» en dicha tragedia.
