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“Me satisface poder colaborar de alguna forma en dar a conocer mi tierra”

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Dolores García es la escritora melillense que dio la estética, a través de su nuevo libro ‘La reina de Azúcar’, al stand de Melilla de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), la cual finaliza este domingo. Por ello, García contó a MELILLA HOY lo que ha significado para ella esta oportunidad, sus inicios como escritora, y como no las claves escondidas entre las páginas de su nuevo libro.

Fueron varios los motivos que me impulsaron a escribir este libro. Por un lado, el deseo de dar a conocer la belleza y la singularidad de mi tierra natal y su historia, ya que entre los peninsulares suelten tener una imagen extravagante y muy equivocada de cómo es Melilla en realidad. De hecho, la reacción habitual de aquellos que la visitan por primera vez es la de una grata sorpresa.

Por otro, la de rendir mi particular homenaje a los soldados y oficiales del Ejército español, que empujados por el juego de intereses de las grandes potencias y de las compañías mineras a principios de siglo XX, perdieron su vida por defender a los civiles que se encontraban atrapados en Melilla durante los episodios del Barranco del Lobo, el Desastre de Annual y Monte Arruit. Y muy especialmente al Regimiento de Alcántara, porque a sabiendas de que no saldrían con vida del episodio del río Igán por la aplastante superioridad numérica de las tropas de Abd-el-Krim, llevaron a cabo ocho cargas de caballería en un intento tan desesperado como heroico de dar tiempo a los de Infantería a que se alejaran y pudieran alcanzar el tren que los llevaría hasta Melilla, que se encontraba totalmente desguarnecida y que era el gran botín prometido por Abd-el-Krim a sus tropas.

Entre esa población indefensa se encontraban niños que con el tiempo serían mis abuelos. Por lo tanto, les debo mi existencia a esos hombres que perdieron su vida para que las de los demás continuaran. Unos episodios que han sido honrados desde el primer momento en Melilla, pero desconocidos por la gran mayoría de los españoles y merecen ser rescatados del olvido para que sean conocidos por las actuales generaciones y las siguientes.

De hecho, si hubieran ocurrido con combatientes norteamericanos o británicos, estoy convencida de que existiría una interminable lista de películas que hubieran dado a conocer estos hechos al gran público e inmortalizado a sus protagonistas.

Porque es el apodo con el que figuradamente los melillenses de la primera mitad del siglo XX denominan a la protagonista de la novela, Inés Belmonte, que logra hacerse con la concesión del monopolio del azúcar en Melilla. Digo figuradamente porque el personaje como tal no ha existido, pero sí es fruto de la suma de historias que oí en mi infancia y posteriormente a familiares y conocidos, entretejidas con todo el bagaje histórico de la época para ambientarla y reconstruirla.

No sólo la protagonista, Inés Belmonte, constituye la esencia de la Melilla de principios de siglo XX (y me atrevería a decir que de todos los tiempos), sino el compendio de todos los personajes tanto principales como secundarios. Entre todos los personajes se va creando esa sustancia proteica que va armando en la imaginación del lector una representación sólida de una ciudad tan mágica como Melilla y, al mismo tiempo, descubriéndole diferentes vertientes de la misma. Pero lo que sin duda simboliza Inés Belmonte es la fuerza y la resistencia de Melilla, su capacidad para rehacerse a sí misma tantas veces como haga falta y la de aceptar a los demás como son y convertir esto en una fuente de prosperidad.

El comandante Daniel Fonseca es un personaje que a medida que va avanzando la novela se nos va a mostrar más vulnerable de lo que podría parecer al principio y como un hombre que no se atreve a comprometerse en el amor porque tiene miedo. ¡Toda una ironía en un hombre acostumbrado a misiones secretas! Lo cierto es que Daniel Fonseca encarna muy bien los tiempos acelerados de hoy en día en los que no dedicamos tiempo a reflexionar sobre nosotros mismos y, de repente, nos encontramos con cuarenta y tantos y no sabemos muy bien qué hemos hecho con nuestra vida.

Es un poco pronto para pensar en ello, aunque como autora me ilusiona pensar que mis personajes pudieran ser encarnados por actores y la historia que narra La reina del azúcar pudiera llegar a muchos espectadores. Sin embargo, considero que todo tiene su tiempo y ahora es el momento de que mi narración sea capaz por sí misma de recrear en la mente del lector la historia de Inés Belmonte con toda su fuerza y belleza. Espero haber sido capaz de ello y de emocionar al lector. Una vez cumplida esta misión, hablaremos de otros caminos.

Está previsto que el próximo 2 de marzo se encuentre disponible en las principales librerías de España. ¡Y eso ya está ahí mismo! La primera presentación se realizará en Valencia el día 6 de marzo. La presentación en Melilla será el 9 de abril, en la sede de la UNED, a las 19:30 horas. Será maravilloso volver a mi tierra y presentar la novela a todos aquellos paisanos míos que deseen conocerla.

A través de mi editorial, Versátil Ediciones, que estaba en conversaciones con la Viceconsejería de Turismo de Melilla desde mi última visita a la ciudad para gestionar el lugar de presentación de la novela. En aquella ocasión, personalmente di a conocer la novela a esta institución para que estudiaran sus posibilidades como vehículo de promoción turística de Melilla, sin ningún tipo de contrapartida. Como melillense me resultaba una gran satisfacción poder colaborar de alguna forma en dar a conocer mi tierra y esta novela se presta a ello. Curiosamente, la novela encajaba con la proyección de la Melilla modernista que desde la Viceconsejería se tenía previsto para FITUR 2015, y podía favorecer la difusión del conocimiento de esa faceta arquitectónica de Melilla tan desconocida para muchos y que está por descubrir.

Es muy importante, tanto a nivel emocional como melillense como a nivel profesional como escritora. La oportunidad que ofrece un foro como FITUR es doble: permite dar a conocer mi obra a un número importante de personas ligadas al turismo que la van a leer por motivos profesionales y que si es de su agrado, que confío en que lo será, recomendarán su lectura; con lo que se estará promocionando la novela y visitar Melilla a un tiempo.

Si hubiera que fijar una fecha, podríamos decir que desde 1999; cuando comencé a escribir El secreto de Monna Lisa.

Nerea de Tena Alvarez

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