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Marruecos: Enemigo político y económico.

La Semana. MH, 21/07/2025

Por: J.B.

Enemigo en casa y cerca

España (y Melilla) tienen graves problemas, en gran medida provocados (en Melilla su responsabilidad también es muy grande, pero no única) por un dictador encubierto llamado Pedro Sánchez.

Todos los que han padecido, o padecen, una dictadura de izquierdas o de derechas (en el fondo son lo mismo: el mismo perro con otra/o cara/collar) saben que uno de los principales objetivos del dictador es mantenerse a toda costa en el poder y hacer lo que sea necesario (da lo mismo que sea legal o ilegal, moral o inmoral, conveniente o inconveniente para su país) para que la estancia sea larga o permanente, y para, si es posible, perpetuarse.

Todos los que han padecido, o padecen, una dictadura de izquierdas o de derechas (en el fondo son lo mismo: el mismo perro con otra/o cara/collar) saben que uno de los principales objetivos del dictador es mantenerse a toda costa en el poder.

Dominar la opinión pública, el poder judicial, las fuerzas de seguridad, hacer leyes a medida y no preocuparse por si las medidas que se toman pueden afectar al futuro del país en cuestión (les suenan, ¿verdad?), son el decálogo de cualquier dictador y son, también, el decálogo de Sánchez.

Sus medidas, acuerdos/concesiones/rendiciones a los nacionalistas (con la sangrante amnistía, antes ilegal y ahora legal, a la cabeza y con la peligrosa y discriminatoria “financiación singular” catalana haciendo que en España se creen dos tipos de ciudadanos: los de primera, que son los socios de Sánchez y sus “amigos” y familiares; y los de segunda, que son los que no le ríen las gracias y los que viven en otros territorios que, para su desgracia, no poseen votos que necesite nuestro “pequeño dictador” para perpetuarse); su persecución a los turistas y los pisos turísticos; su protección a los okupas; su apuesta por una España subsidiada que no quiere trabajar; su legislación sobre los alquileres y viviendas; sus intentos de control de los medios de comunicación, los jueces y las fuerzas y cuerpos de seguridad; sus concesiones/rendiciones a/ante Marruecos; su estúpida política internacional, que nos enfrenta con la UE y con EEUU; etc; serán temas/medidas que nos harán ser durante muchos años, cuando consigamos que el pequeño dictador se vaya a casa con sus mentiras, un país más pobre, menos respetado y con concesiones anticonstitucionales y nada solidarias a los nacionalistas muy difíciles de revertir.

De momento, nuestro enemigo externo más cercano (Marruecos) intenta (con la anuencia, sin razón conocida, de nuestro pequeño dictador) asfixiar a Ceuta y Melilla, recrudece sus históricas, y sin fundamento, reclamaciones de soberanía y, por mor de las políticas de Sánchez, nos va comiendo el terreno en dos de nuestros sectores económicos más importantes: el turismo y la automoción. Me adhiero, por cierto (pese a las molestias que provocaría a algunos, por temas familiares) a que se cierren totalmente, por parte de España (al menos hasta que se negocie una apertura bilateral), ambas fronteras de forma total.

Nuestro vecino no sólo tiene aspiraciones injustificadas de soberanía, también debemos temer su crecimiento económico y su competencia.

Marruecos enemigo/competidor económico

Nuestro vecino no sólo tiene aspiraciones injustificadas de soberanía, también debemos temer su crecimiento económico y su competencia. Se prevé que el PIB se expanda alrededor de un 4% este año y que en 2026 y 2027 siga expandiéndose a un ritmo cercano a esa tasa.

Se quieren convertir (aún están muy lejos en cuanto a derechos) en una España “low cost”. Los sectores que están impulsando a la economía marroquí son los mismos que impulsaron y siguen impulsando a España hoy, pero a un menor coste: el turismo y el automóvil.

La llegada de fábricas de automóviles está siendo una bendición para el empleo marroquí, mientras que el turismo deja cada año mayores ingresos que ayudan a equilibrar su balanza de pagos. Rabat podría convertirse en el futuro en un serio competidor del turismo español.

Marruecos es aliado histórico de EEUU, algo que le puede ayudar en la guerra comercial desatada por el actual presidente, Donald Trump. España, por obra y gracia de Sánchez y los suyos, no tiene actualmente buenas relaciones con el gobierno de EEUU, y eso también importa, y mucho.

Los últimos datos publicados muestran que las llegadas de turistas a Marruecos aumentaron un 16% en el primer semestre de 2025 con respecto al año anterior. Mientras tanto, el Ministerio de Industria y Comercio ha anunciado que en el primer semestre se fabricaron más de 350.000 vehículos, un 36% más que hace un año. Algunos definen a nuestro incómodo vecino como la “meca del automóvil” en África.

Mientras el pequeño dictador siga suelto haciendo de las suyas, nuestro futuro (el de España y el de Melilla) es negro o muy negro.

Esta pujanza supone una clara competencia para una España que sigue dependiendo de forma clara tanto del turismo como del sector automotriz. Una competencia que se extiende a otros sectores: Marruecos se está preparando para levantar en Casablanca el que será el mayor astillero de toda África: una infraestructura del tamaño de una treintena de campos de fútbol diseñada no solo para reparar y mantener embarcaciones, sino para pugnar con los astilleros del sur de Europa, como los de España y Navantia.

Mientras tanto, nuestro pequeño dictador criminaliza a los turistas o se pone “chulito” ante la UE o EEUU. Al que se queda parado, le arrasa la marea, pero al que va hacia atrás, le sepulta. Mientras el pequeño dictador siga suelto haciendo de las suyas, nuestro futuro (el de España y el de Melilla) es negro o muy negro.