Malestar con dos polícias locales

El pasado viernes, 19 de septiembre, nuestra madre, una señora de 70 años, que vive sola, se acostó, olvidando que dejaba un guiso cocinándose. Esa tarde había estado en urgencias, por una reacción alérgica, y le habían prescrito una medicación que podría ser la causante de su olvido, así como del profundo sueño que presentaba. Sobre las dos de la madrugada del sábado, unos vigilantes nocturnos que patrullan por el barrio se percataron de que había un fuerte olor a humo saliendo del edificio, por lo que llamaron al 112. Desde este servicio se les contestó que , dado que no había fuego, no se iba a dar parte a los bomberos. A las cinco menos diez, de nuevo, una vecina alertada por el humo llamó desde su teléfono móvil al 112, negándose este otra vez a enviar una dotación de bomberos por la inexistencia de fuego
Más tarde, otra vecina que se percató del humo y del olor a quemado llamó a la Policía Local . A las cinco y media de la madrugada dos agentes se presentaron en el edificio. Ante los golpes dados en la puerta y los gritos de “policía”, nuestra madre, alarmada, se levantó aturdida, y preguntó qué ocurría, a lo que se le contestó: “Cómo que qué pasa. No ve usted lo que ha líado”. Y en tono jocoso: “Ahora va a tener que volver usted a lavar la ropa otra vez”. Citamos lieralmente estas palabras para que quede constancia de ellas, pues resultarían inapropiadas e irrespetuosas, y solo eso, si no se hubiera procedido, además, de la siguiente manera: Se llama a los bomberos, que habían sido previamente alertados, y se les dice que era una falsa alarma y que no era necesario que acudiesen al edificio. No se atiende a nuestra madre en ningún momento, ni se la saca de la casa en la que había un denso humo ni se intenta tranquilizarla. Tampoco se le pregunta por familiares para contactar con ellos, que es el protocolo a seguir. Se marchan y la dejan sola, desatendida y desvalida, y con dificultades para respirar.

Esta actuación de la Policía Local, aparte de por lo vejatorio y humillante de las palabras, es totalmente denunciable y evidencia una total falta de humanidad, así como de profesionalidad.

Afortunadamente, una dotación los bomberos decidió, a pesar de haber recibido la indicación de la Policía Local de que no era necesaria su presencia, personarse en la vivienda y se encontró con una mujer nerviosa y apesadumbrada por la situación creada. Al contrario de la Policía Local, estos en todo momento actuaron con un alto índice de profesionalidad: la intentaron tranquilizar y la sacaron de la vivienda que ventilaron extrayendo el humo. Además, se pusieron en contacto con la familia, no marchándose de la vivienda hasta la llegada de uno de nosotros. Según los bomberos, si no hubiese quedado abierta la ventana de la habitación donde nuestra madre dormía, hubiera podido ocurrir una desgracia; por ello no entendemos cómo el 112 no actuó antes. De hecho, nuestra madre tuvo que ser atendida en urgencias y recibir aerosoles para aliviar la irritación de ojos y garganta causada por el humo inhalado durante tantas horas, pudiéndose esto haber evitado si se hubiese actuado debidamente con la primera llamada. Pero peor aún es el proceder de la Policía Local por su trato humillante, inhumano y por su dejación de funciones. Por todo, deseamos hacer nuestra queja pública ante este este medio no sólo para que se sepa lo ocurrido sino, sobre todo, para evitar que otros ciudadanos vuelvan a sufrir una situación tan lamentable. Así mismo, nos gustaría hacer llegar desde aquí nuestro agradecimiento a los bomberos por su actuación y sobre todo, por su trato humano y afectuoso, así como a los vecinos que prestaron ayuda a nuestra madre.

Firmado por Mª José, Mª del Carmen, Juan y Lidia Andújar Narváez.

Acceda a la versión completa del contenido