Fueron nueve los socios con una permanencia superior al medio siglo y cinco los miembros con más de ocho años en justas directivas los que ayer recibieron el reconocimiento de una longeva sociedad melillense como es el Real Club Marítimo de Melilla.
Una ceremonia que siempre resulta entrañable y que fue el preámbulo de una comida de hermandad donde se reunieron amigos y familiares de los homenajeados que recibieron las correspondientes insignias de oro que desde ayer pueden lucir con cariño y orgullo en sus solapas. Fueron los socios Juan Judel Rivera, Alicia Oanes Nuño, Soledad Benitah Sultán, Julio Fernández Muñoz, María José García de la Herrán Muñoz, Elvira Hernández Hernández, Ana María Grau Gasulla y María Dolores Navarro López y los directivos José Manuel Calzado Puertas, Fernando Bravo Durán, Juan José López Rodríguez, Vicente de Juan García y Esperanza Cano Tebar.
Manuel Quevedo, el presidente que ha batido récords al frente del club, tras recordar que con sus 5.600 socios el Marítimo es el club de mayor implantación social de España quiso destacar la apertura a la ciudad que se ha producido en los últimos tiempos. De hecho, una gran parte de sus actividades culturales como la sala de exposiciones, las múltiples charlas y, sobre todo, las actividades deportivas están abiertas desde hace años a todos los ciudadanos que quieren practicar deportes náuticos, sean o no socios.
