Ubicado en el restaurado Almacén de las Peñuelas, es un espacio único que refleja la riqueza histórica y la diversidad cultural de la ciudad. Se pueden recorrer las huellas de las civilizaciones que han marcado este enclave mediterráneo.
El Museo de Melilla, ubicado en el antiguo Almacén de las Peñuelas en el Primer Recinto Fortificado de Melilla la Vieja, es una institución que alberga la rica historia y diversidad cultural de la ciudad. Este edificio, construido en 1781 durante el reinado de Carlos III y bajo la dirección del gobernador Antonio Manso, servía originalmente como almacén para abastecer a la ciudad fortificada. A finales del siglo XIX, con el crecimiento poblacional, se edificaron sobre sus bóvedas el teatro Alcántara y una residencia para el gobernador militar, alterando su estructura original. En 2007, la Ciudad Autónoma de Melilla emprendió su restauración para devolverle su apariencia histórica y adaptarlo como sede del museo.
El museo se organiza en dos niveles principales. En la planta baja, se encuentran las colecciones dedicadas a las culturas sefardí y amazigh, reflejando la diversidad étnica de Melilla.
La sección sefardí destaca por la recreación de la Sinagoga Or Zaruah y una colección de joyería tradicional. La sección amazigh exhibe una variedad de objetos que ilustran la vida cotidiana, las tradiciones y el arte de este grupo étnico, incluyendo una haima tradicional y una notable colección de joyas bereberes.
En la planta superior, el museo ofrece un recorrido cronológico por la historia de Melilla, desde la prehistoria hasta la época contemporánea.
Las exhibiciones incluyen cerámicas del yacimiento de El Zafrín, monedas cartaginesas, una recreación de un enterramiento musulmán y un tesoro islámico. Destacan también una maqueta detallada de Melilla la Vieja, bustos de Alfonso XIII y de la República, así como numerosos planos históricos que permiten apreciar la evolución urbanística de la ciudad.
La restauración del edificio de las Peñuelas no solo recuperó su valor arquitectónico, sino que también lo dotó de una nueva funcionalidad acorde con su carácter monumental.
Las obras, iniciadas en 2007 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Ministerio de Cultura, fueron dirigidas por los arquitectos Manuel Ángel Quevedo y Mateo Bazataquí.
La intervención arquitectónica se centró en recuperar el volumen original del edificio, incluyendo la cubierta a dos aguas de las bóvedas superiores, y en desescombrar y habilitar accesos que habían quedado tapiados desde principios del siglo XX. Estas acciones no solo mejoraron la accesibilidad, sino que también enriquecieron la comprensión histórica del edificio.
El Museo de Melilla, a través de sus diversas colecciones y exposiciones, sumerge a los visitantes en las distintas etapas históricas y culturales que han moldeado la identidad única de esta ciudad.
Desde sus orígenes prehistóricos, pasando por las influencias fenicias, púnicas, romanas e islámicas, hasta la Melilla española y contemporánea, el museo ofrece una visión integral de su evolución histórica.
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