La sesión arrancaba en la sala de musculación, en la que, por espacio de casi una hora, los jugadores se ejercitaron bajo las ordenes del preparador físico del primer equipo, Álvaro de Pedro. El trabajo continuó posteriormente en la pista de juego, en la que, tras una breve charla con sus pupilos, Alejandro Alcoba dispuso un entrenamiento de carácter técnico-táctico con vistas al choque ante el Actel Força Lleida. La plantilla del Melilla Baloncesto comenzó ayer tarde a preparar el que supondrá su último encuentro de 2017 en el Pabellón Javier Imbroda. Y lo hizo con la moral reforzada tras la victoria cosechada el pasado domingo en la pista del C.B. Prat, que permitió a los de Alcoba mantener vivo el sueño de la Copa, después de las derrotas de Breogán y Manresa, y que dejó muy buenas sensaciones, logrando vencer en una cancha en la que nadie lo había hecho esta temporada.
Con esta euforia controlada, el decano se puso manos a la obra a preparar la visita de este próximo viernes del Actel Força Lleida a la ciudad autónoma, un partido de nuevo clave y en el que los melillenses necesitan, sí o sí, la victoria para mantener sus opciones.
La sesión de ayer arrancaba en la sala de musculación, en la que, por espacio de casi una hora, los jugadores se ejercitaron bajo las ordenes del preparador físico del primer equipo, Álvaro de Pedro. El trabajo continuó posteriormente en la pista de juego, en la que, tras una breve charla con sus pupilos, Alejandro Alcoba dispuso un entrenamiento de carácter técnico-táctico con vistas al choque ante el cuadro ilerdense.
La única ausencia fue la del base Miki Servera, que sigue trabajando al margen de sus compañeros, al haber recaído de sus problemas en la fascia plantar.
