La Semana. MH, 10/03/2025
Por: J.B.
Existe una preocupación creciente entre los ciudadanos de Ceuta y Melilla (ciudades tan españolas como Madrid, Málaga o Barcelona) ante la amenaza latente que suponen las aspiraciones marroquíes sobre la soberanía de ambas Ciudades Autónomas. También la hay, sobre todo tras el desembarco de Trump en EEUU, en el resto de España y especialmente entre muchos militares y diplomáticos.
La buena relación de EE.UU. con Rabat y la mala con Sánchez pueden afectar las dos ciudades. También preocupa el progresivo rearme de Marruecos
Estos últimos advierten constantemente de que la buena relación de EE.UU. con Rabat y la mala con Sánchez pueden afectar a las dos ciudades. También preocupa el progresivo rearme de Marruecos y el que ambas plazas no estén bajo el paraguas de la OTAN.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. ha generado un terremoto geopolítico de efecto dominó, especialmente en Europa, donde se teme que el líder republicano, poco amigo de los consensos y más próximo a las tesis aislacionistas, pueda retirar o limitar el apoyo de su país a la OTAN y (también se teme) que pueda ver con buenos ojos (dada su buena relación con Marruecos) las reclamaciones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla.
Militares y diplomáticos advierten de que la sintonía de Trump con el régimen marroquí, su relación personal con el rey Mohamed VI y el creciente peso de Marruecos en el Magreb pueden suponer un problema para España, que no tiene la misma sintonía con el nuevo presidente de EE.UU. Pedro Sánchez podría quedar aislado en el tablero internacional. El que Ceuta y Melilla no estén bajo el paraguas de la OTAN, podría dejar a ambas ciudades en una posición de mayor vulnerabilidad frente a las pretensiones de Marruecos.
En una reciente encuesta del CIS a militares, el 45% de los encuestados considera que España debería endurecer su política con Marruecos para evitar que el país vecino se envalentone.
Las ínfulas de Sánchez (al que Trump parece considerar un mosquito sin importancia), unidas a sus pactos “secretos” con Rabat, ponen en peligro a Ceuta y Melilla: los actos suelen tener consecuencias.
Mientras tanto, Marruecos no para de rearmarse: ha aumentado su presupuesto militar en un 10% en 2024, pasando de 4.500 millones de euros en 2019 a 5.000 millones en 2024. Según datos del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), Marruecos ha adquirido en los últimos años sistemas de defensa antiaérea, drones y aviones de combate, muchos de ellos procedentes de EE.UU. Este aumento coincide con las tensiones con España por Ceuta y Melilla, que Rabat considera parte de su territorio y que, según algunos expertos, podrían ser objeto de una mayor presión diplomática o incluso militar.
Rabat se ha convertido, según los expertos, en un pilar estratégico para EE.UU. en África. Quizás Trump, que no tiene un interés especial en Europa y que ha cuestionado la utilidad de la OTAN, busque un acercamiento a Rabat a cambio de un mayor compromiso de Marruecos en la lucha contra el terrorismo y la inmigración irregular hacia Europa. En este escenario, “Ceuta y Melilla podrían convertirse en una moneda de cambio”.
No hay (y si la hay, nadie la conoce), según los expertos, una estrategia clara por parte de España para contrarrestar el creciente poderío militar de Rabat y la falta de compromiso de la OTAN con las dos ciudades.
Los expertos creen (con razón) que, si España no se alinea con las prioridades de Trump, que pasan por un mayor gasto en defensa y una mayor implicación en la OTAN, el riesgo de que Ceuta y Melilla queden desprotegidas será mayor.
Las ínfulas de Sánchez (al que Trump parece considerar un mosquito sin importancia), unidas a sus pactos “secretos” con Rabat, ponen en peligro a Ceuta y Melilla: los actos suelen tener consecuencias.
Donald Trump, no ha designado aún a su embajador en España, lo que ha generado un clima de incertidumbre entre los responsables de Exteriores: Los actos, o la falta de ellos, suelen tener consecuencias
Como muestra del desprecio actual con que se trata a Sánchez desde EEUU (por desgracia, nos afecta a todos, en caso contrario no merecería comentario alguno): Donald Trump, no ha designado aún a su embajador en España, lo que ha generado un clima de incertidumbre entre los responsables de Exteriores: Los actos, o la falta de ellos, suelen tener consecuencias. La falta de contacto entre ambos Gobiernos podría derivar en una «reorientación estratégica» de la política exterior de EE.UU. hacia el norte de África, en concreto hacia Marruecos, que ha ganado peso en el tablero internacional tras la firma de los Acuerdos de Abraham y su alianza con Israel.
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