Llega el cambio a Andalucía

Melilla asiste como el resto de España a los acontecimientos que se dan en Andalucía, pero con la diferencia de que no somos meros espectadores, puesto que algunas de las decisiones que se adoptan en la comunidad autónoma vecina nos afectan muy directamente Después de casi cuatro décadas de hegemonía socialista en Andalucía, ayer se confirmó el cambio que los electores pidieron en las urnas el 2 de diciembre. El acuerdo in extremis de PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, se constató en una jornada histórica como fue la de ayer, en la que se constituyó el nuevo Parlamento de Andalucía para la legislatura que empieza. Aún queda por llegar el siguiente paso, con la designación del nuevo presidente de la Junta de Andalucía, para lo que se abre un plazo de dos meses a partir de ahora. Después de semanas de intensas negociaciones tras las elecciones andaluzas y la firma de un acuerdo in extremis a última hora de este miércoles, no parece que vaya a haber obstáculos para que se dé ese paso definitivo hacia el cambio en Andalucía.
Melilla asiste como el resto de España a los acontecimientos que se dan en la comunidad autónoma vecina, pero con la diferencia de que no somos meros espectadores, puesto que algunas de las decisiones que se adoptan en Andalucía nos afectan muy directamente por la vinculación administrativa que se mantiene en algunos ámbitos.
No hay que olvidar que Andalucía manda en determinadas cuestiones que afectan de lleno en el día a día de muchos melillenses, como por ejemplo, la Universidad. Para Melilla, que quiere ser ciudad universitaria, este ámbito es muy importante, pero la Universidad de Granada depende de la Junta de Andalucía, no de la Ciudad Autónoma de Melilla, por mucho que esta ponga dinero sobre la mesa y su empeño en tener unas buenas relaciones con la prestigiosa institución universitaria, que es mutuo.
Otro ejemplo lo tenemos en el aspecto sanitario, ya que no son pocos los melillenses que tienen que ser derivados a hospitales andaluces para seguir tratamientos que aquí no tenemos aunque nuestra sanidad pública dependa del Estado. La que recibimos en Andalucía depende de la Junta, muy criticada en su gestión sanitaria por la falta de recursos, la saturación y las listas de espera. La Administración de Justicia de Melilla también está vinculada al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el TSJA, y las estaciones marítimas a las que miles de melillenses llegan cada año cuando viajan a la península también dependen de la Junta de Andalucía, algunas de las cuales han tenido que padecer durante años, como es el caso de la de Málaga, que acaba de mejorar, al fin, sus condiciones.
En definitiva, el cambio de color político que se va a dar en Andalucía nos afecta y mucho a los melillenses, no solo a los que viven allí, que son muchos, sino también a los que seguimos en esta tierra. Además, no hay que olvidar que un melillense, Javier Imbroda, se convirtió ayer en diputado andaluz tras obtener escaño como número uno en la lista de Ciudadanos en la provincia de Málaga. Su partido preside ahora el Parlamento de Andalucía, y quizá, quien sabe, esto también permita tender puentes entre autonomías con problemas comunes, como por ejemplo, la presión migratoria de los menores extranjeros no acompañados.

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