Carta del Editor. MH, 26/2/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Estoy escribiendo, ya casi terminando, el tercer y último Tomo del libro “Melilla, España, en peligro”, una trilogía cuyo primer Tomo cubrió el período 1985- 1999, el Tomo II los años 2000- 2004 y el tercero, el que estoy terminando, un largo período de nuestra vida melillense que va desde el año 2005 hasta el 2024, recién terminado.
Los tres libros míos, la “Historia vívida de un Editor”, la única Historia de la Melilla moderna 1985-2024 que existe, tienen un personaje que recorre y aparece con frecuencia como personaje central, precisamente Juan José Imbroda
Ahora estoy empezando a escribir lo que ocurrió en el año 2023, un año decisivo en nuestra historia melillense y en el que -como empiezo mi análisis del año- “lo más importante fue que el 29 de mayo el Partido Popular recuperó el Gobierno de Melilla, con Imbroda al frente, tras lograr una mayoría absoluta de 14 diputados -con todo el inmenso lío de los votos por correo de por medio. Aberchán, el líder de Coalición por Melilla, impugnó el resultado electoral y pidió que se repitieran las elecciones, pero la Junta Electoral Central, a mediados de junio, rechazó sus peticiones. Lo que sí consiguió Mustafa Aberchán fue paralizar durante meses la acción política local, dañando así a una Melilla que necesitaba – y sigue necesitando- acción y cambio para salir del atasco en el que se encontraba, un atasco que los cuatro años del gobierno -más bien desgobierno- del “tripartito”, en el que ninguno de los tres líderes se podían ver, había acentuado”.
Evangelio de Mateo 7:16, “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos. Por sus frutos los conoceréis
Así que, aunque las últimas elecciones locales datan de mayo 2023, realmente hasta julio de aquel año no empezó a gobernar el “nuevo Gobierno”, el comúnmente conocido como “Gobierno Imbroda”…. que, con 19 años anteriores también de “Gobierno Imbroda” -interrumpido por ese paréntesis de 2019-2023, una experiencia política de cambio que terminó en desastre- no se podía considerar, al menos a priori, como “nuevo Gobierno”.
Según el Evangelio de Mateo 7:16, “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?” Como ocurre siempre con la Biblia, sus frases son muy antiguas, de tiempos muy remotos y muy diferentes, y no se deben aplicar hoy al pie de la letra. De ese proverbio de San Mateo lo aplicable hoy, quizás eternamente, es lo de “por sus frutos los conoceréis”.
Conocemos a Juan José Imbroda, un melillense ya con casi 21 años como presidente del Gobierno de nuestra ciudad, además de muchos más años anteriores dedicado a la vida política local. Se puede decir, sin riesgo de error, que casi todos los melillenses le conocemos, aunque algunos -como yo, por ejemplo- más que otros. Yo no creo que a él se le pueda aplicar eso de lobo con piel de oveja. Al contrario, creo que es bastante transparente y lo de disfrazarse no le va. Pero sí creo que se le puede y se le debe juzgar por sus frutos, por sus hechos políticos, más que por su apariencia o por sus palabras.
En ese sentido, los tres libros míos, la “Historia vívida de un Editor Melillense”, la única Historia de la Melilla moderna 1985-2024 que existe, tienen un personaje que recorre y aparece con frecuencia como personaje central, precisamente Juan José Imbroda. Un personaje que, probablemente, dejará -según sus declaraciones- la primera línea política al final de su actual mandato, en mayo-junio de 2027. Mucho del cómo le juzgará la Historia dependerá de los frutos que produzca en este período final de poco más de dos años, que deben de ser de cambio profundo, en un mundo y una ciudad -la nuestra, la suya- que ya ha cambiado mucho y va a cambiar -por las buenas o por las malas, para mejor o para peor- mucho y muy profundamente en este corto período de tiempo que va desde febrero de 2025 hasta junio de 2027.
Un ejemplo de acción, de algo que debe de pasar de la palabra a los hechos: La Comisión Europea se compromete a reducir ya este año la burocracia y ahorrar 35.000 millones en la UE. Más vale tarde, aunque sea muy tarde, que nunca.
Yo tampoco quiero una Melilla en la que la aspiración de los jóvenes sea colocarse en el Ayuntamiento (o Ciudad Autónoma) o donde todo sea público. Los empresarios no podemos ser el pimpampum del populismo
Quejarse, solo quejarse, no soluciona los problemas. “La queja trae descrédito”, dijo Baltasar Gracián. “Si entramos en una nueva era, puede que se parezca a la que sumió a Europa durante nueve siglos en un medievo gélido, feroz, oscuro. Los jóvenes no se sacudirán el pasado, como decía Isak Dinesen; será de nuevo su pesadilla y el final de esta guerra (la de la invasión de Ucrania), el comienzo de otras aún más amargas y devastadoras”, escribió Andrés Trapiello el sábado pasado.Otro cambio necesario, un cambio cultural: “Quiero un país donde los jóvenes aspiren a salarios muy superiores. No quiero un país donde el debate sea el SMI, sino un país de futuro para los jóvenes. Los empresarios no podemos ser el pimpampum del populismo (Josu Jon Imaz, CEO de Repsol). Yo tampoco quiero una Melllla en la que las aspiración de los jóvenes sea colocarse en el Ayuntamiento (o Ciudad Autónoma) o donde todo sea público.
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Libro: Historia vívida, y moderna, de un Editor
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