Lely Muñoz muestra su satisfacción por los casi veinte años de ayuda al enfermo de cáncer en Melilla
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Lely Muñoz se despide de la primera línea en la labor de lucha contra el cáncer y el apoyo de enfermos y familiares en Melilla tras casi veinte años de entrega, y lo hace con la satisfacción del trabajo bien hecho. Razones familiares y de salud le conducen a ello, pero afirma que aunque deja la presidencia de la AMECC que constituyó hace unos meses tras abandonar la AECC por desacuerdos con la actual junta nacional, seguirá con la mano tendida dispuesta a ayudar a todo aquel que lo requiera. Guarda grandes y hermosos recursos de estos años en primera línea y agradece el apoyo de todos cuantos le han mostrado su cariño en estos momentos. Se lleva también algunas decepciones, pero afirma que a estas personas no les guarda rencor "porque la vida es muy corta".
Hace unos días anunció su renuncia como presidenta de la recién creada Asociación Melillense Contra el Cáncer (AMECC) y su retirada de la vida pública. ¿Este es el final la labor de Lely Muñoz?
El final será el día que me muera, porque me prometí hace veinte años, cuando tuve el diagnóstico del cáncer de ovario, que si salía con vida, seguiría adelante ayudando a otras personas y hasta ahora he podido. Mi renuncia es que no voy a seguir al frente de la Asociación que he creado.
¿Pero cuál es el motivo, qué razones le llevan a dar este paso?
Porque me lo ha pedido mi familia y es que mi salud se resentía. Estaba cansada y la verdad, he comprendido, por parte de mi familia, que ya me tocaba un poco de descanso. Pero quiero resaltar que voy a seguir luchando, porque por mi forma de ser, soy incapaz de no responder a alguien que necesite ayuda. Ahí me tendrá y será así porque tengo la gran suerte de tener a casi todo el personal del hospital Comarcal conmigo, desde enfermeras a médicos y personal de administración. Todos ellos me han abierto las puertas cada vez que he necesitado algo para alguien, y el apoyo de médicos y enfermeras. A mí no me cuesta ningún trabajo seguir en esta lucha de poder prestar ayuda a quien lo necesite. Esta es una enfermedad muy traicionera, canalla y todas las personas a las que se nos ha diagnosticado, recibimos un mazazo tan grande que el que haya que pueda darte un mínimo de aliento, de esperanza, es algo muy grande. Así que no me puedo permitir el lujo de dejar a estas personas si está en mis manos ayudarles.
¿Qué va a pasar con la AMECC?
Se queda aparcada, porque nunca se sabe si habrá una persona, entre los que formamos el comité, que quiera dar un paso adelante. Esto es cuestión de tiempo porque no todo el mundo puede hacerse cargo, entonces, de momento, se queda aparcada pero no desaparece. De esta forma si alguna vez alguien tiene la suerte de ocupar este hueco (la presidencia), que entonces pueda ayudar a los enfermos melillenses y si requiere de una ayuda económica o cualquier otra ayuda, se le pueda dar de forma inmediata y no esperar mediaciones y esperas.
Desde que anunció su renuncia, ¿cuál ha sido la reacción de propios y extraños?
Me he sentido muy arropada por personas que me quieren, y ahí es donde realmente se nota quienes te quieren, pero sí que me he llevado alguna decepción que no esperaba. Pero no pasa nada porque la vida sigue. Pero estas personas, de las que esperaba como mínimo un consuelo o una palabra de apoyo que no me han dado, les digo que yo sí seguiré estando ahí, porque la vida es tan corta que no guardo rencor. A esas personas decirles que gracias, pero que sigo aquí por si me necesitan. Resaltar y agradecer al personal del Comarcal, al 99% de todos ellos, por su apoyo, desde la directora médico, hasta el resto de médicos, auxiliares, enfermeras y demás, e incluyo también al director territorial, a Francisco Robles, al que agradezco los buenos consejos y el apoyo que dentro de lo que ha estado en sus manos, ha intentado ayudarme. Se lo agradeceré siempre.
¿Cómo valora estos casi 20 años en la lucha contra el cáncer y el apoyo de pacientes y familiares?
Con una satisfacción enorme. Me parece un mal sueño el que yo haya pasado por esta enfermedad y quiero desde aquí hacer un llamamiento para que los melillenses sepan que el cáncer no es sinónimo de muerte, que es una enfermedad grave y que hay que luchar hasta la última hora, que ahí está la ciencia y la investigación para salvar vidas, y que llegando a detectarlo a tiempo, se sale. Yo valoro muy satisfactoriamente el poder haber ayudado a tantísima gente en estos casi veinte años. Precisamente en estos días he recibido llamadas y me han escrito en las redes sociales pacientes y familiares que me dan las gracias por este apoyo pero yo soy la que les da las gracias, por ser tan agradecidas y ser tan bien nacidas.
¿Entonces deja de ser presidenta pero continuará con una labor como voluntaria?
Como voluntaria no voy a seguir, lo que haré es atender a las personas que realmente necesiten de mí, como arreglar papeles, hacer gestiones, etc., cuestiones que me permitan seguir activa. Estaré ahí para todo el que me necesite, ya sea para arreglar algo o darles mi apoyo y acompañamiento, porque ahora estaré más libre para estar con ellos. Solicitaré el permiso pertinente para poder trabajar así, como llevo haciendo desde hace 19 años y espero que no se me niegue.
¿Cómo valora su experiencia en la AECC de Melilla de la que fue fundadora?
Fue una experiencia muy positiva mi paso por la AECC, algo que no olvidaré jamás, y agradecer a las voluntarias el apoyo que he tenido a través de llamadas en las que me han mostrado su cariño. Ellas saben quiénes son.
¿Pero por qué abandonó la AECC después de casi dos décadas al frente de la asociación?
Llevábamos desde 2011 teniendo problemas y desacuerdos con la junta nacional, porque ellos estaban aplicando unos cambios que no sólo en Melilla, sino también en otras provincias, no estábamos de acuerdo. De hecho, como hicimos nosotros, también otras quince delegaciones provinciales se dieron de baja y se han constituido asociaciones paralelas como la nuestra. Estábamos en desacuerdo con la nueva política que se implantó. Nosotros claro que consideramos que hay que apoyar la investigación, pero a los enfermos también, y esa fue una de las cosas que me desilusionó para no seguir adelante. A la junta nacional no les interesaba que siguiera porque era incómoda para ellos, no les interesaba una persona que les hiciese frente. Yo no tengo nada malo que decir de la Asociación Contra el Cáncer de Melilla y de hecho agradezco la magnífica labor de los voluntarios, porque hemos sido una pequeña familia que ha trabajado al unísono. Agradecer a las personas que me han apoyado aunque desde febrero ya no estoy en la AECC. Allí tengo amigos y les deseo que les vaya muy bien.
A pesar de su renuncia y de la paralización de la AMECC, se mantiene el festival benéfico del fin de semana. ¿A dónde irá la recaudación?
El festival se mantiene. El precio de las entradas es de 10 euros y el dinero va a una de las múltiples fundaciones que dedican sus esfuerzos a la investigación del cáncer y a la Asociación de Mujeres Operadas de Cáncer de Málaga. Son muchas las organizaciones que hacen una gran labor y a ellas queríamos destina la recaudación de los eventos que, finalmente, nos han dejado hacer como el festival, porque la carrera popular del día 18 la habíamos solicitado, con registro de entrada y todo, y de buenas a primeras nos comunican que no nos la dan, sino a la AECC. Me alegro de que la carrera tuviera tanta participación, como también lo fue en sus dos primeras ediciones. Tengo la satisfacción de haber sido la primera en haber creado esa carrera en Melilla, de organizar la gala anual y todo lo que se ha llevado a cabo en la AECC en estos 19 años junto a mis compañeros. Es una satisfacción enorme.