Le pueden caer dos años por intentar viajar en barco con un carné falsificado

Un hombre se enfrenta a la posible condena de dos años de prisión al estar acusado por un presunto delito de falsedad de documentos públicos. El Ministerio Fiscal cree que manipuló un documento de identidad verdadero al superponer su imagen a la fotografía original para intentar salir de la ciudad de forma ilícita. La Policía Nacional descubrió la falsificación cuando el hombre trató de embarcar en un buque con destino a Málaga. El procesado defiende que le "dejaron" el documento para comprar el billete, pero asegura que no lo usó para identificarse en el control de pasajeros. El Ministerio Público reclama dos años de cárcel para un individuo acusado por el presunto delito de falsificación de documentos públicos. Los hechos llevados a juicio ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla se corresponden al pasado 5 de mayo, cuando el procesado trató de embarcar a un buque con destino a Málaga y mostró un carné manipulado.
"Me dejaron un documento porque quería comprar un billete", expuso el acusado en la vista. Según dijo, desconocía al verdadero dueño del documento, con el que coincidía en apellidos. Tampoco sabía si el carné era falso o no, dijo. Lo que señaló es que sólo lo usó para comprar el billete del barco, incidiendo en que no lo sacó en la estación marítima. "Cuando me preguntaron por mi documentación le dije a los agentes que no tenía documentos. Sólo me identifiqué con el nombre y el apellido", declaró.

Falsificación clara a la vista
Los agentes de la Policía Nacional, sin embargo, apuntaron a que el hombre sí que usó el carné manipulado en el control de pasajeros. "Le requerí que se identificase y me enseñó el documento. La fotografía era de su cara, pero nos percatamos de la falsificación", afirmó el primero de los policías en declarar. El hombre no reveló su verdadera identidad en el control de pasajeros, según indicó el mismo agente. Recordó el policía que le llamó la atención que el procesado hablase "perfectamente" el castellano y, sin embargo, usara un documento falsificado.

Según añadió su compañero, se veía claramente que estaban ante una falsificación. Sin embargo, el acusado intentó explicar a los agentes que el documento le pertenecía, ya que era el que aparecía en la imagen, como relató el agente. Al respecto, los policías explicaron en la vista que al documento se le había añadido una especie de pegatina con la fotografía del encausado. "El documento y los datos eran verdadero. Lo único falso era la imagen", indicó el último agente que declaró.

"Yo no lo he manipulado"
Tras escuchar las declaraciones, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria al considerar que había quedado suficientemente demostrado que el hombre sí había cometido un delito de falsificación de documentos públicos.

La defensa, por su parte, reclamó la absolución de su representado al entender que no había quedado acreditado que el encausado hubiera manipulado el documento.

Fue en su derecho a la última palabra cuando el procesado declaró que "no sabía que iba a ser tan grave" el hacer uso de un documento falsificado. Según dijo, él vino a Melilla para visitar a un familiar que estaba enfermo y no podía irse de la ciudad sin tener un documento con el que comprar un billete. "Yo no lo he manipulado ni sé cómo se manipula", aseguró. Al respecto, indicó que no puede ir a Comisaría a sacarse el carné porque “sale que tengo una búsqueda de hace tres años”.

La magistrada tendrá que dictar sentencia.

Acceda a la versión completa del contenido