El 26 de mayo de 2016, sobre la una del mediodía, dos vecinas de la barriada de las Minas del Rif se enzarzaron en una discusión tras la que llegaron a las manos. En la pelea, la acusada propinó sendos golpes a la víctima y la empujó, provocándole lesiones en el rostro y una fractura en la cabeza del húmero. Durante el proceso, la perjudicada informó al juez y la fiscal de su intención de perdonarla ya que, según afirmó, “no hay color” entre la mujer que la agredió y la mujer que ayer se sentaba en el banquillo. Además, insistió en el arrepentimiento de la acusada y recordó que en la actualidad es madre “y tiene que estar con sus hijos”. El Ministerio Fiscal interesó para la acusada, por ser reincidente, un total de un año y once meses de prisión. El 26 de mayo de 2016, sobre la una del mediodía, la acusada (que por entonces rondaba los 26 años) y una señora de edad avanzada, ambas vecinas del barrio de las Minas del Rif, tuvieron una pelea tras una discusión a las puertas del ascensor.
La discusión, que comenzó por “un comentario muy malo” de la joven, acabó con ésta propinándole a su vecina sendos golpes en la cara y un empujón que la hizo caer al suelo. La agresión le supuso a la víctima lesiones en el rostro y una fractura del hombro (cabeza del húmero) que, según los partes presentados, tardó casi 4 meses en sanar.
Al acogerse la acusada a su derecho a no declarar, durante el proceso declaró únicamente la perjudicada, quien afirmó que, pese a que le hizo daño, “había pasado mucho tiempo” y la joven se había “arrepentido”. La perjudicada insistió en su voluntad de perdonarla, de “no perjudicarla” y de “permitirle que esté con sus hijos”, ya que afirmó que “no hay color” entre la mujer que es ahora y la que era cuando se produjo la agresión.
A pesar de mantener en todo momento que ambas se agredieron y de que trató de “quitarle hierro” al asunto, el Ministerio Fiscal, por ser reincidente, pidió para la acusada un total de 1 año y 11 meses de prisión, además de una indemnización (que la perjudicada afirmó no tener intención de reclamar) de 5.100 euros por las lesiones y 15.563 euros por las secuelas de la agresión.
La defensa, por su parte, se acogió al arrepentimiento de la joven y al perdón de la perjudicada para pedir su absolución.