No hicieron falta menciones expresas para leer entre líneas hasta tres críticas del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, hacia la política de Defensa del PSOE durante el Gobierno de Zapatero. La primera, cuando tachó de “injusta” la decisión de apartar de su cargo al excomandante general Francisco Fernández Sánchez en 2006. Quien dio la orden fue el entonces ministro de Defensa, José Bono, respaldado por el Consejo de Ministros.
Este general fue relevado al frente de la Comandancia General por Vicente Díaz de Villegas, curiosamente el único de los jefes de esta institución militar a los que Imbroda no mencionó en su lista de agradecimientos, en la que sí incluyó al resto de “los generales que la mandaron” desde que en el año 2000 asumió la Presidencia de la Ciudad Autónoma hasta la actualidad.
La tercera crítica fue la más dura y directa: “Cierto es que en este siglo XXI sufrimos la incertidumbre de un “presunto planeamiento” que hubiese producido un gran daño en la Fortaleza de la Comandancia, y por ende en nuestra ciudad, pero más cierto es que se consiguió conjurar satisfactoriamente”. Con estas palabras, Imbroda estaba haciendo mención, muy probablemente, al polémico Plan de Transición planeado por el Gobierno de Zapatero en su segunda legislatura.
