Concedérselo, es poner de manifiesto la violencia. Dando a entender al hacerlo, que solo un género la padece y la sufre, ya que el otro la produce y la tolera. Y no es así, aunque así se esté difundiendo y fortaleciendo en la sociedad. Sociedad. Cuya palabra significa conjunto y no unidad. Conjunto de hembras y varones, que unidos cada uno en sus diferentes características humanas, configuran un entendimiento, una complacencia y un común interés, para consolidar su propia valoración en el tiempo. Por lo tanto, no es normal ni admisible, que esa composición y conjunto, sea minusvalorado en situaciones difíciles, con finales no deseables, culpabilizar de antemano un género, cuando en realidad son dos los que se manifiestan y se asocian.
Se sabe, que el Sexto Mandamiento de esa Ley, que por desconocimiento o falta de compromiso humano con ella, no es que sea suplantada `por la otra Ley más mundana, sino como bien lo intenta dar a entender la figura simbólica que la representa, puede ser que esa venda en los ojos que le caracteriza, no sea solo indicativo hacia una imagen estática e intrascendente, sino, que en busca también de su propia vida, trascienda hacia nosotros mismos, haciéndonos participes aunque no partidarios de ella.
No sería justo tener las cárceles llenas de inocentes, mientras en las calles, los culpables deambularan libremente…No sería justo. Y no seria, porque la palabra Justicia, pasaría a quedar solamente, como una simple referencia en el idioma, lo cual ocasionaría más perdidas que beneficios para nosotros mismos. La Humanidad es una cadena y cada ser humano la engarza con su propio eslabón. Y si un eslabón esta oxidado, no por ello debe ser inutilizado, ya que la cadena se resentiría, pero si debe ser reconocido y razonado. Distinguiendo y averiguando. Palpable y comprendiendo y sobre todo cayendo en la cuenta y no tragándose la partida, pues cuando un hombre mata a una mujer, miles de gritos rompe ese silencio que al parecer hoy determina una sola voz. Y una sola audición.
Y es ahí, precisamente ahí, donde la Justicia no tiene género. Ahí precisamente ahí, donde la Justicia tiene que poner siempre su ininterrumpida mente, sin olvidar nunca su sagrado corazón. Un dicho árabe enseña: “Si cargas tu camello de un solo lado, acabaras derribándole”. Buenos días.
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La violencia no tiene genero
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