La historia recuerda a los villanos y a aquellos a los que se enfrentaron defendiendo el interés general de los melillenses
Por Fidel Moga
Las declaraciones a los medios de comunicación del Vicepresidente Primero de la Asamblea de Melilla, Miguel Marín, relativas a la Aduana Comercial, “es historia”, tiene consideraciones de profundo calado político y socioeconómico.
Miguel Marín debería recordar que el convenio entre España y Marruecos para el establecimiento de una Aduana en la frontera de Melilla, se firmó en la ciudad marroquí de Fez el 31 de julio de 1868 y que tras la declaración hispano marroquí de 7 de abril de 1956, que dio fin al Protectorado de España en Marruecos, obliga para la defensa de los intereses estatales la creación de una Delegación de Aduanas autorizada para la importación y exportación de mercancías, para el despacho de viajeros y para el régimen de tránsito, por Orden del Director General de Aduanas de fecha 30 de enero de 1958, Boletín Oficial del Estado datado el 8 de marzo de 1958. La historia nunca desaparece.
Precisamente por ser historia y parte del ordenamiento jurídico internacional entre España y Marruecos, se debe recuperar el principio de reciprocidad y la normalización de las fronteras terrestre o nos veremos abocados a la desaparición de la Aduana Comercial, como ya hemos vivido la extinción de la flota pesquera de Melilla y las fábricas de salazones asociadas a la misma, disipándose los puestos de trabajos asociados al sector pesquero, su industria y servicios asociada a la misma.
Las Senadoras por Ceuta y Melilla
Afortunadamente las Senadoras por Ceuta y Melilla defendieron en la Cámara Alta la iniciativa del Grupo Parlamentario Popular, instar al Gobierno a tomar las medidas necesarias para la reapertura de la Aduana Comercial de Melilla y la apertura en Ceuta, con el voto en contra del Partido Socialista, el mismo partido que desde el Gobierno a través del Plan Integral de desarrollo socieconómico de la ciudad de Melilla y sustentado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia, promueve la apertura de la Aduana Comercial, pero niega el “pan y la sal” al Partido Popular en esta iniciativa y por extensión al interés general de los melillenses.
El Plan Integral de desarrollo socioeconómico de la ciudad de Melilla, recoge en su eje 1 (E1.M28): Nuevo modelo económico, que “la instalación de la Aduana Comercial con un funcionamiento plenamente operativo en los próximos meses, se inserta en la estrategia del Gobierno de reapertura de frontera entre ambos países con todas las garantías y en un clima de buena vecindad con Marruecos. Esta Aduana es clave para el futuro económico de la ciudad”, cifrándose el importe presupuestario estimado de dicha medida en 390.000€.
Tan sólo han transcurrido 2 años y medio desde su redacción, tiempo insuficiente para la Diputada local, Elena Fernández Treviño, que con diferente vara de medir el tiempo, exige al Gobierno Municipal la ejecución de objetivos en el primer año de la legislatura, mientras considera sine die, que la reapertura de la Aduana Comercial “más pronto que tarde se va a realizar”
Tal vez el hartazgo del Sr Marín, a las bufonadas de la Delegada del Gobierno en teatralizar “las pruebas pilotos” de reapertura de la Aduana Comercial, en la hoja de ruta que España y Marruecos formalizaron el 7 de abril de 2022 para “adaptar, de manera paulatina y gradual una nueva normalidad”, le haya llevado a realizar dicha exclamación, “es historia”.
La aduana de Melilla no puede ser historia
No, no puede ser historia el establecimiento de restricciones de carácter unilateral al tráfico comercial de mercancías por el paso fronterizo de Beni Enzar, que supone un incumplimiento de los tratados internacionales existentes por parte del reino de Marruecos. No existen razones de índoles jurídicas que motiven el cambio de estatus de una frontera existente, operativa y plenamente reconocida por ambas partes.
Como se recogía en la Nota Informativa de las autoridades marroquíes, la medida parece responder al ánimo de desarrollo de la actividad comercial del puerto de la fronteriza ciudad de Nador, fin legítimo que, no obstante, no debería traducirse en la interposición de trabas directas a los intereses comerciales de los empresarios españoles y al menoscabo de los intereses de operadores y agentes de la ciudad de Melilla, así como una desprotección de las inversiones y el tejido socio económico de Melilla.
Las exportaciones, por el puesto fronterizo de Beni Enzar, representaban un incremento de 25.752.918€ en 2016 a 40.295.517€ en 2017, alcanzado el valor de 14.893.832€ hasta el cierre unilateral llevado a cabo el 12 de agosto de 2.018, por las autoridades marroquíes, cierre que aún afecta a la Autoridad Portuaria que deja de cobrar por el uso de sus grúas, las tasas a las mercancías, la ocupación de la superficie portuaria, así como a la comunidad portuaria, trabajadores portuarios de las empresas del sector, transportistas y agentes de aduana.
El bofetón diplomático y la afrenta
Han transcurrido más de 6 años desde que Sabrina Moh, en nota de prensa el 14 de agosto de 2018, anunciaba que “estamos trabajando al más alto nivel ministerial, pero, dada la relevancia que tiene y la implicación para nuestra ciudad y nuestro país, es primordial la prudencia en los mensajes y en las declaraciones, por eso estamos llevando a cabo un trabajo callado pero intenso”. Tan sólo habían transcurrido dos días cuando, tras la reunión mantenida con la Plataforma de Empresarios y con la Confederación de Empresarios, manifestaba que desde la Delegación de Gobierno se iba “a abordar el impacto y la cuantía real para Melilla del cierre de la Aduana Comercial y buscar alternativas factibles del agrado de todas las partes”.
El bofetón diplomático y la afrenta que supuso, y supone, para Melilla y España el cierre unilateral de Marruecos de la Aduana Comercial, continua tras 2.269 días, con una Delegada del Gobierno “agotada por el trabajo intenso” que está desarrollando, nótese la ironía, y sin aportar ninguna alternativa, factible o no factible. Con un Ministro de Asuntos Exteriores afirmando que los marroquíes cumplirán con sus compromisos de reabrir la aduana comercial, aunque sin fijar fecha alguna y con el Partido Popular ejerciendo su labor de oposición a través de la cámara de representación territorial en defensa del interés general de los melillenses.
Si la apertura de la Aduana Comercial está en un limbo, sometido a las autoridades marroquíes, el régimen de viajero en España queda regulado por la Circular de 10 de marzo de 1992 del Departamento de Aduanas, B.O.E. de 25 de marzo, estableciendo que los bienes a los que resulta aplicable son los contenidos en el equipaje personal de los mismos, siempre que se trate de operaciones desprovistas de carácter comercial, es decir mercancías de uso personal o familiar de los viajeros o están destinados a ser ofrecidos como regalo sin que por su naturaleza o su cantidad pueda presumirse su afectación a una actividad profesional o empresarial.
El régimen de viajeros
No obstante, en la salida de mercancías desde Melilla en régimen de viajeros, es el país de entrada, Marruecos, el que debe ejercer el control para garantizar sus propios intereses, abortando con ello cualquier principio de reciprocidad con España e impidiendo el paso de objetos o productos de uso personal, familiar o destinados a ser ofrecidos como regalo por parte de los viajeros, que inciden negativamente en el tejido empresarial de la ciudad de Melilla.
Los melillenses en general, y los empresarios en particular, estamos atrapados en una tela de araña, tejida por las autoridades marroquíes con el beneplácito del Gobierno que sostiene un discurso ético que luego no se corresponde con los propios actos, pura hipocresía.
La oportunidad única del Presidente Imbroda
El Presidente Imbroda tiene una oportunidad única de exigir al Presidente del Gobierno, en la reunión que mantendrán el 22 de noviembre, la reapertura inmediata de la Aduana Comercial, recurriendo en caso negativo al Grupo del Partido Popular Europeo, primera fuerza política con 188 escaños y la referencia del centroderecha en las instituciones europeas.
Efectivamente, el Vicepresidente Primero de la Asamblea de Melilla, en su referencia a la Aduana Comercial, “es historia” debe recordar que la historia retrata a los villanos y a los honestos, que defienden hasta las últimas consecuencias el interés general de los ciudadanos, para lo cual el Partido Popular dispone de las herramientas políticas necesarias, Congreso, Senado, Instituciones Europeas y por supuesto la movilización social, con un doble objetivo, la reapertura de la Aduana Comercial y la reciprocidad en la aplicación del régimen de viajeros.
Acceda a la versión completa del contenido
La teatralización de la reapertura de la aduana comercial
La VIII San Silvestre 'Ciudad de Melilla 2024' reunió a 620 atletas en un ambiente…
El Club Voleibol Melilla se enfrenta al Bogdanka Luk Lublin en los cuartos de final…
Melilla ha evitado una catástrofe medioambiental tras prácticamente los tres días que estuvo encallada una…
El 83,7% de quienes poseen estudios de Educación Superior tienen empleo, esta cifra se reduce…
El presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Manuel Ángel Quevedo, ha salido al paso…
Juan José Imbroda, presidente del Gobierno de la Ciudad Autónoma, ha iniciado el acto institucional…