Icono del sitio MelillaHoy

La RAN de Marruecos, sin nuestro Rey

Escribo esto horas antes de que empiece en la capital de Marruecos, Rabat, la pomposamente llamada Reunión de Alto Nivel (RAN), pomposa denominación (lo de “alto nivel”) porque la calidad del nivel personal se demuestra con los hechos, no con las autocalificaciones. Realmente -nunca mejor empleado el término- hubiera sido de verdadero alto nivel, y así considerada por Marruecos, una reunión en la que hubieran estado los dos Reyes, el de España, Felipe VI, y el de Marruecos, Mohamed (también) VI.

Basta leer las declaraciones de Mohamed VI a la hora de felicitar al rey español, con motivo de su 55 cumpleaños, para compartir la realidad de lo que escribo. El monarca alauí -página 5 de nuestro periódico del martes pasado- mostró su “orgullo” por los “sólidos lazos de amistad” que les unen a título personal y también entre sus respectivas familias, según reproduce la agenda oficial marroquí, MAP, que añade que Mohamed VI ha insistido en su “firme determinación de trabajar junto a Felipe VI para “fortalecer las relaciones y elevar la cooperación bilateral al nivel de las aspiraciones de dos pueblos amigos”.

Muy probablemente Pedro Sánchez hubiera preferido que el monarca marroquí le hubiera dirigido a él esas palabras, en lugar de al rey de España, pero la realidad es la que es y es evidente que Mohamed VI no considera a Pedro Sánchez a su mismo nivel. Eso es un hecho -por mucho que moleste a Sánchez- y, como consecuencia, es lógico esperar que si el Rey de España hubiera estado presente en la Reunión de hoy muy probablemente los resultados hubieran sido mejores y más sólidos que sin él, pero eso, con Sánchez, no tiene remedio.

El ministro español de tantas cosas – Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, otro título extraordinariamente pomposo- José Manuel Albares, acaba de declarar, en España, que “Ceuta y Melilla son españolas, punto”. Eso está bien y es una evidencia hoy, pero lo que nos preocupa a melillenses y ceutíes es el mañana y el tipo de relación/rendición que el actual Gobierno español mantiene con Marruecos.

Un punto crucial para atisbar el futuro va a ser si en la reunión (RAN) de hoy se va a producir la reapertura de la aduana comercial en Melilla y la apertura en Ceuta. Y cuando digo “se va a producir” me refiero a la fecha y las condiciones concretas de tales aperturas, no a ese ridículo simulacro de pruebas que la delegada del Gobierno en Melilla, tomándonos el pelo una vez más, nos vendió como el cumplimiento de una promesa gubernamental incumplida, una vez más.

Para la mayoría de melillenses y ceutíes la apertura de la frontera comercial es deseable, aunque no hay que olvidar que, con la frontera comercial abierta en Melilla e inexistente en Ceuta, el desarrollo económico ceutí fue superior al de Melilla. Casi nadie quiere volver a lo de aquel lamentable “comercio atípico” (como lo definió el por aquel entonces delegado del Gobierno en Melilla, Manuel Céspedes) algo que, aunque algunos lo quieran, es imposible e indeseable, pero muchos ciudadanos, no solo empresarios y comerciantes, de aquí y de Marruecos, quieren, incluso necesitan que la frontera se abra de verdad, no “políticamente”.

Apertura fronteriza que no parece fácil que se produzca en Rabat hoy, como consecuencia de un acuerdo entre un Gobierno -el marroquí- que declara internacionalmente que no tiene fronteras con España en el continente africano y otro Gobierno -el español- cuyas últimas decisiones han sido la rendición, sin condiciones conocidas, ante el de Marruecos. Siempre puede surgir el milagro de un cambio profundo, aunque los milagros acostumbran no producirse. Pero, en fin, la esperanza es lo último que se pierde.

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Acceda a la versión completa del contenido

La RAN de Marruecos, sin nuestro Rey

Salir de la versión móvil