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La música vuelve con fuerza al Kursaal gracias a la Orquesta Sinfónica “Ciudad de Melilla”

La Orquesta Sinfónica “Ciudad de Melilla” actuó ayer en el Teatro Kursaal Fernando Arrabal

La música clásica volvió ayer con fuerza al Teatro Kursaal gracias a la Orquesta Sinfónica “Ciudad de Melilla” con su concierto denominado “Diferencias y Contrastes Orquestales”. Los melillenses pudieron disfrutar de una noche mágica de diversas interpretaciones bajo la dirección de Ángel Lasheras. El programa dio comienzo con el Preludio de “La Revoltosa” de R. Chapí, considerada junto con La verbena de la Paloma, como una de las obras cumbres del género chico.

El concierto continuó con una obra para flauta solista, con la interpretación de Manuel Oliver Carreras Verdugo, Ungarische Fantasie Op. 2, de J. Andersen. Esta vez estaremos delante de una obra virtuosística para flauta travesera, acompañada por orquesta. Más tarde pudieron deleitarse con la interpretación del Vals de “La Bella durmiente” de P. Tchaikovsky.

Tras el descanso, se dio paso a la segunda parte. Primero fue el turno de la Obertura de Guillermo Tell de G. Rossini. Guillermo Tell fue la última ópera compuesta por Rossini, que decidió componerla para la Ópera de París a cambio de una pensión vitalicia otorgada por el gobierno francés.

El Finale es un galop "carga de caballería" ultra-dinámica galop anunciada por las trompas y trompetas, y se interpreta junto a toda la orquesta.

Llegando así al final del concierto, de la mano del mexicano Arturo Márquez y su Danzón nº 2, una obra musical para orquesta sinfónica estrenada el 5 de marzo de 1994.

Redacción

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