La experiencia de años anteriores hacía temer que con la llegada del Ramadán pudiera haber un repunte de la presión migratoria sobre Melilla. Y así ocurrió nada más empezar el mes sagrado para los musulmanes, ayer de madrugada, cuando medio millar de inmigrantes bajó del monte Gurugú en dirección a la valla, por la zona del paso fronterizo de Barrio Chino, para intentar entrar a Melilla en el tercer salto masivo del mes. Unos cien consiguieron llegar a la primera alambrada, pero la malla antitrepa volvió a ser “crucial” para evitar que ninguno lograra atravesarla, tal y como informó la Delegación del Gobierno. El sistema anti-intrusión de la Guardia Civil y la colaboración marroquí en las zonas aledañas a Melilla fueron las otras claves para que el intento de entrada quedara frustrado y todos los inmigrantes se adentraran en el país vecino en apenas hora y media.
Según la versión oficial, el intento se registró sobre las 5.30 horas de la madrugada, aunque los inmigrantes ya llevaban un rato “agazapados” en la zona marroquí más próxima al paso fronterizo de Barrio Chino. Seguidamente, se aproximaron a la carrera a la doble valla para intentar el salto, y solamente alrededor de cien lograron encaramarse a la primera alambrada, en la que están instaladas la malla antitrepa y las concertinas. La Delegación del Gobierno aseguró que ninguno de ellos logró superar el dispositivo anti-intrusión, de modo que “finalmente desistieron de su actitud y volvieron a adentrarse hacia el interior de Marruecos”.
Los que ni siquiera consiguieron subir a la valla “por la eficacia de la malla antitrepa”, lo intentaron de nuevo corriendo en paralelo al perímetro en dirección hacia el paso fronterizo de Beni-Enzar, razón por la que tuvo que ser cerrado al tráfico “por un breve espacio de tiempo”. Según informaron a MELILLA HOY fuentes policiales, fueron alrededor de diez minutos los que el paso internacional estuvo cerrado a cal y canto en ambas direcciones para evitar que los inmigrantes pudieran entrar a Melilla a la carrera. Poco tiempo, y además muy temprano, que apenas interfirió en el funcionamiento del paso fronterizo, que suele empezar a registrar movimiento más tarde los fines de semana.
Un fuerte despliegue
La otra clave del intento de salto estuvo, como en ocasiones anteriores, en el fuerte despliegue de seguridad a ambos lados de la valla, tal y como subrayó la Delegación del Gobierno.
En la parte española, los guardias civiles destinados en la Comandancia y un buen número de efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) impidieron que los inmigrantes que se encaramaron a la valla siguieran avanzando. Además, también participó el helicóptero de la Guardia Civil, que en determinados momentos sobrevoló a muy baja altura la zona comprendida entre las fronteras de Beni-Enzar y Barrio Chino, con el fin de vigilar muy de cerca los movimientos de los inmigrantes.
En el lado marroquí, las fuerzas auxiliares del país vecino volvieron a protagonizar un fuerte despliegue de seguridad. Según tuiteó la asociación Prodein, todos los inmigrantes fueron deportados, aunque “unos pocos” consiguieron entrar. Una versión ésta última que contradice la ofrecida por la Delegación del Gobierno y fuentes policiales.
La institución que lidera Abdelmalik El Barkani apuntó asimismo que no se registraron heridos ni entre los inmigrantes ni entre los agentes de la Guardia Civil que conformaron el dispositivo anti-intrusión, que estuvieron cerca de hora y media actuando en la frontera para abortar este intento. Poco antes de las 07.00 horas, el salto se dio por neutralizado oficialmente.
Como suele ser habitual cada vez que hay un intento, también hubo expectación en la puerta del Centro de Estancia Temporal (CETI) ante la posibilidad de que llegaran compatriotas procedentes de la valla, cosa que finalmente no ocurrió.
En las redes sociales también se hicieron eco del intento, ya que los melillenses que viven en las proximidades de la valla dieron la voz de alerta de que algo ocurría, ya que estaban escuchando el helicóptero, las sirenas de la frontera y mucho griterío. La Guardia Civil, en su perfil oficial de Twitter, también se hizo eco del intento de entrada con un tuit en el que informaba, antes de que hubiera confirmación oficial, de que este Cuerpo y la colaboración de Marruecos había impedido la entrada a Melilla de más de 500 inmigrantes.
Gran presión
El último intento de entrada masiva a Melilla tuvo lugar el 18 de junio, en el que 400 inmigrantes trataron de saltar el perímetro fronterizo y ninguno lo consiguió.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, insistió hace unos días en que Melilla sigue sufriendo una gran presión migratoria aunque haya descendido el número de accesos irregulares en las últimas semanas, situación que se mantendrá mientras continúe habiendo un importante número de inmigrantes en las zonas cercanas de Marruecos.
Fuentes policiales apuntaron a la posibilidad de que dicha presión sobre Melilla se incrementara durante el mes sagrado de Ramadán, que empezó ayer.
Así sucedió en años anteriores, en los que los inmigrantes intentaron entrar a la ciudad aprovechando el desayuno o la ruptura del ayuno, ante la creencia de que el dispositivo de seguridad marroquí podría estar mermado en esos momentos.
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