La imagen más repetida sobre la cancha del Pabellón Javier Imbroda fueron las sonrisas de los más pequeños, al poder estar cerca de los jugadores del primer equipo del Club a los que ven en la pista cada viernes. En esta ocasión, ellos mismos eran quienes pisaban el parqué para estrecharles la mano, fotografiarse con ellos y, sobre todo, retarles con un balón en las manos. Varias decenas de niños que pertenecen a la Ludoteca Hermana Eucaristía acudieron el pasado lunes a disfrutar en primera persona de la sesión vespertina de entrenamiento del Melilla Baloncesto. Esta visita se produjo como agradecimiento a la que el cuerpo técnico realizó hace algunas semanas para hacer entrega de material escolar a esta ludoteca.
La imagen más repetida sobre la cancha del Pabellón Javier Imbroda fueron las sonrisas de los más pequeños, al poder estar cerca de los jugadores del primer equipo del Club a los que ven en la pista cada viernes. En esta ocasión, ellos mismos eran quienes pisaban el parqué para estrecharles la mano, fotografiarse con ellos y, sobre todo, retarles con un balón en las manos.
Terminados los juegos, tuvo lugar la tradicional foto de familia, con los niños, profesores y miembros de la plantilla azulona. Para finalizar, los chavales se dirigieron a la grada para presenciar el entrenamiento del decano, que el lunes comenzaba a preparar el importante encuentro que el próximo viernes le va a enfrentar al Amics Castelló.
