La infamia negligente

He releído la apasionante Historia universal de la infamia de Borges. Son historias, cuentos ficticios basados en crímenes reales.

La inmensidad de enchufados de Pepelandia desmoraliza a cualquiera. Si al menos estos enchufados fueran resolutivos como administradores de las arcas públicas, bienvenidos sean. Pero es que no.

Un ejemplo contundente de la desidia admirativa (una infamia a la ciudadanía) se vio en el Pleno con la aprobación de la segunda continuidad del servicio a la empresa que lleva la Residencia de Estudiantes, sin que se haya licitado el contrato por los procedimientos legales, impidiendo la concurrencia e igualdad de oportunidades entre los empresarios melillenses.

Los nefastos gestores tenían 6 meses para resolver este problema y no han hecho nada porque ni se acordaban que lo tenían que hacer. Pero han cobrado bien estos 6 meses de inutilidad. Tantos anuncios, proyectos y no mantienen lo que existe. ¿Para qué una directora general de Universidades? ¿Para qué un director general de Política Educativa? ¿Para qué un director general de Instalaciones Deportivas? ¿Para qué un director general de Deportes? ¿Para qué un director general de Juventud? ¿Para qué un director general de Educación? ¿Para qué un director general de Contratación? ¿Para qué un interventor que no lo es? ¿Para qué un consejero de Educación, Juventud y Deportes? ¿Para qué tantos asesores? ¿Para qué tantos de personal de confianza? Pues la respuesta es para poner el culo en el sillón y cobrar. Este es el ejemplo que se trasmite a la sociedad melillense, que es quien sufre la ineficacia probada de tantos cargos públicos.

Este Gobierno no sabe gobernar ni tiene pajolera idea de lo que es administrar el bien público. Su único objetivo es ocupar el espacio y cobrar, porque prácticamente todos, si no fuera por la política, serían unos pelagatos. No vale decir que solo es una torpeza administrativa, es una negligencia política, con responsabilidad de algún director general puesto por el PP.

Aunque nadie del Gobierno lo quiera reconocer, no se pueden seguir dirigiendo las instituciones públicas con personas reclutadas por criterios exclusivos de clientelismo o de favor o proximidad política, sin acreditación real de sus competencias profesionales directivas. Es temerario y la factura será larga.

Si el rumbo político-administrativo no cambia, nos vamos al caos. Todavía hay tiempo para corregir los errores. Primero, cambiando a los directores generales accidentales para que sean técnicos exclusivamente. Cesar a todos los comisarios políticos y potenciar a los excelentes funcionarios que este Ayuntamiento tiene. No me refiero a ningún recién llegado (aunque también hay buenos). No eche la culpa a los funcionarios porque su administración local no funciona. Mire a su alrededor.

El tapón administrativo lo tiene en el interventor (funcionario A2), solo sabe lo que le conviene. Señor presidente, nombre un nuevo interventor que sepa de contratación pública, que sepa de administración y sea un excelente funcionario. Este nuevo interventor, con un equipo de honorables funcionarios, podrían coordinar toda la administración. No deje que los buenos se aburran y se vayan. No busque fuera del Ayuntamiento. Su consejero de Hacienda sabe a quién me refiero.

PD

1.- Guerra de subida salarial entre policías locales y bomberos. La subida prevista a los policías es de 500 euros mensuales y lineales, la de los bomberos será similar. Pero este no es el problema, sino que el resto de trabajadores públicos quieren también su trozo de tarta. Si esto se produjera, estaríamos hablando ente 4 y 5 millones más de capítulo 1 (siendo prudente). Si este aumento se produce, será como los diamantes: para siempre. Ya vendrá luego la rendición de cuentas.

2.- Dado que a este Gobierno le gusta “el circo”, como a los romanos, ¿por qué no recuperar las verbenas por los barrios y darle participación a los grupos locales (que los hay muy buenos y jóvenes)?

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