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La independencia monárquica

Lo realmente importante, la actitud de los españoles que de nuevo vuelven a dar ejemplo de madurez democrática apostando por la continuidad, por la aplicación del contenido de la mayor norma constitucional, por la unidad del país y por la independencia partidista que imprime la Monarquía a la Jefatura del Estado. La gran mayoría de los españoles ha disfrutado al conocer parte de las medidas que presumiblemente se aprobarán en Consejo de Ministros, en el ámbito de la Reforma Fiscal ya que el Gobierno reducirá el tipo marginal máximo del IRPF del 52% actual por debajo del 50%. Al parecer, en un primer momento, el Ministerio de Hacienda pensaba los tipos a las rentas bajas, las más beneficiadas por la reforma, aunque el resto de rentas también iba a notar algo la reducción.

No obstante, a raíz de los malos resultados logrados en las pasadas elecciones europeas del 25 de mayo, así como al avance de la recuperación económica van a hacer que el Ejecutivo aumente el alcance de la reforma, tal como aseguraba 'Expansión'. Por tanto, las rentas medias y bajas, y ahora también las altas, notarán ya el efecto de la bajada en su nómina en enero de 2015. Y son muchos los que se preguntan si el país se puede permitir esta reducción de ingresos estatales, pero los expertos aseguran que estos recortes de impuestos suelen venir acompañados de un aumento del consumo que es vital para la aparejada creación de empleo, aunque sea a medio plazo
Sin embargo, en Melilla ayer nos llegaba la noticia que de forma inminente se crearán 80 puestos de trabajo, y aunque no sea una cifra considerable aporta mucha ilusión a la juventud local, la creación de 40 plazas para tropa tanto en el Tercio Gran Capitán I de La Legión como en el Grupo de Regulares de Melilla nº 52, una pequeña inyección de contrataciones que cada seis meses aporta a los jóvenes melillenses el Ministerio de Defensa y que causan algo de optimismo entre la castigada, por el desempleo, clase trabajadora del país.

Aunque ninguna de estas dos noticias y, mucho menos la de Melilla, ha logrado quitar protagonismo a la gran noticia de la semana, del mes, e incluso del año y nos referimos, por supuesto, a la abdicación del Rey Juan Carlos I y por consiguiente a la proclamación del que desde mañana será el Rey Felipe VI de España.

Una ceremonia de la que cada vez se conocen más detalles y en la que, al parecer, no se contará con la presencia del Rey Juan Carlos, algo para muchos incomprensible, a pesar de que según se ha dicho la razón no es otra que la de no restar protagonismo al sucesor de la Corona española. No tiene mucho sentido la ausencia de Don Juan Carlos, cuando en cualquier relevo de mando siempre suelen estar los denominados entrante y saliente. En Holanda, la Reina Beatriz tras su decisión de entregar el cetro a su hijo Guillermo Alejandro estuvo lógicamente presente en la ceremonia, meses después, en la vecina Bélgica, sucedía lo mismo Alberto II cedía el trono al príncipe Felipe y ahora es su tocayo español quien a sus 46 años asumirá la jefatura del Estado como Felipe VI tras la abdicación del Rey Juan Carlos, sin la presencia de quien por su decisión de abdicar, accederá mañana al trono de España. En fin, una medida que, por supuesto, no deja de trascender más allá de la categoría de anécdota protocolaria.

Lo realmente importante, la actitud de los españoles que, de nuevo, vuelven a dar ejemplo de madurez democrática apostando por la continuidad, por la estabilidad, por la aplicación del contenido de la mayor norma constitucional, por la unidad del país y por la independencia partidista que imprime la Monarquía a la Jefatura del Estado.