La exministra pide que se respeten los derechos de los inmigrantes

La responsable federal de Políticas Sociales del PSOE y exministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, pidió ayer que se respeten los derechos humanos de los inmigrantes que pretenden entrar irregularmente en Melilla, aunque dejó claro que la formación socialista es partidaria de que haya una inmigración controlada. A preguntas de los periodistas, Jiménez consideró que hay que buscar “un punto de equilibrio” entre “la situación de desesperación” que viven los inmigrantes y la necesidad de que la inmigración sea “un asunto controlado”, pero con respeto de los derechos de todas las partes.

Jiménez recordó que el PSOE ha reclamado a la Unión Europea un mayor compromiso ante este problema, poniendo más recursos para ayudar a España y a Marruecos a controlar las fronteras, y también para resolver “la situación de hacinamiento” que se vive en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla.

Subrayó además la apuesta “muy firme” que se hizo en su etapa como ministra de Asuntos Exteriores en cooperación con los países de origen de la inmigración irregular, lo que permitió “frenar mucho” el problema de la inmigración irregular.
“No queremos que el tema de la inmigración irregular tampoco se agrande, porque la situación que tenemos ahora no es mayor que la que teníamos hace algunos años”, dijo la exministra, para quien es necesario “aligerar” la “presión excesiva” que vive el CETI, que acoge a más de 1.900 inmigrantes, el cuádruple de su capacidad máxima.

Respecto a Marruecos, Jiménez destacó que su sucesor en la cartera de Exteriores, José Manuel García-Margallo, está intentando hacer un esfuerzo por mantener la cooperación y el entendimiento con el país vecino que todos los gobiernos de España han procurado mantener, “cualquiera que sea su signo” político.

No en vano, recordó que se trata de un país con el que a España le unen muchos lazos y relaciones históricas, comerciales y políticas, aunque cree que hay que hacer un esfuerzo por fortalecer la cooperación en materia policial porque Marruecos también sufre una fuerte presión migratoria en sus fronteras.

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