Carta del Editor.5/3/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
“La españolidad de segunda de Ceuta y Melilla”, artículo de El Mundo, el lunes pasado, con motivo de que representantes -más o menos- de los empresarios de Melilla y Ceuta tienen previsto ser recibidos por el Rey, Felipe VI, el próximo jueves, mañana, 6 de marzo.
Viajan los empresarios, dice el periódico madrileño, “con sensación de terrible desamparo y de que el Gobierno de Sánchez les deja en la estacada en asuntos tan fundamentales como el de las aduanas, con tal de tener satisfecho y en calma a don Mohamed (VI, también)…Está muy bien que Don Felipe abra las puertas de Zarzuela a los agraviados ceutíes y melillenses, pero poca cosa se antoja frente a una realidad que no es de recibo, la de que los Reyes de España no puedan pisar dos territorios (Melilla y Ceuta) que decimos tan españoles como Granada o San Sebastián. Una vez (solo) en su largo reinado pisó Don Juan Carlos Ceuta y Melila, tras alambicados esfuerzos diplomáticos destinados al control de daños ante la furia alauí. Don Felipe ya ha superado una década en el trono y esa visita ni se ha producido, ni se espera (aunque se desee)… Representa una anomalía democrática indefendible que la encarnación de la unidad nacional por parte del titular de la Corona haya de diluirse para no enfadar al incómodo vecino del Sur”.
No son solo los representantes de los empresarios melillenses y ceutíes los que se sienten desamparados por el Gobierno Sánchez y su peculiar -por utilizar un término suave- relación, más bien rendición, ante el reino marroquí. No es solo el diario El Mundo el que opina que la españolidad de Melilla y Ceuta está en peligro, que su españolidad -de la que los políticos sanchistas hablan mucho, demasiado, y por la que hacen poco, también demasiado poco- es, para el actual Gobierno español, una españolidad de segunda categoría; ni siquiera permiten que el Rey de España, constitucionalmente responsable y defensor de la unidad de la nación española, pueda visitar a las dos ciudades españolas del continente africano. Los que nos sentimos desamparados somos la inmensa mayoría de los melillenses y ceutíes.
Me ha parecido un muy buen artículo el de nuestro senador Fernando Gutiérrez y Díaz de Otazu, que publicamos el pasado sábado, “La consagración de la podredumbre”, uno de cuyos párrafos reproduzco: “En estas últimas fechas, el asunto con el que ha venido a ocuparnos y preocuparnos esta coalición empeñada en reverdecer los aspectos más putrefactos de nuestra convivencia, es el de lo que han venido en denominar la condonación de la deuda, cuando, en realidad, los únicos que pueden condonar una deuda son los acreedores, aquellos a quienes se debe algo, no los deudores que, de una manera u otra, tienen la responsabilidad de pagarla. No hay más “quita” o cancelación de deuda que la de los cobradores. Lo que este Gobierno denomina condonación de deuda no es más que una redistribución de la misma, de manera que no paguemos cada uno lo que cada uno debe sino que paguemos entre todos lo que todos debemos asumiendo la injusticia que de ello se deriva”.¿A quién le debe España ? La radiografía final de la deuda pública – deuda pública es la cantidad de dinero que España ha pedido en diferentes mercados financieros para financiar su déficit, deuda también conocida como deuda soberana, que suele representarse como porcentaje sobre el PIB, lo que ayuda a comprender la capacidad que tiene el país para devolver el dinero que debe- queda ahora así: los extranjeros tienen un 41% de la deuda, el BCE el 28%, los bancos el 13%, las aseguradoras el 7% y los fondos de inversión, los particulares y las administraciones un 2% cada uno por separado. A destacar que los inversores extranjeros son los mayores tenedores de deuda pública española, nuestros mayores acreedores (Alemania y Francia, a la cabeza entre esos acreedores).
¿Cuánto debe España ? “El Banco de España ha actualizado los datos de deuda pública española y ha ofrecido nuevos resultados respecto al año 2024. En el tercer trimestre de dicho año, la deuda pública llegó a la impresionante cifra de 1,64 billones de euros! Una inmensidad, que va creciendo con este Gobierno, de coalición con comunistas e independentistas que odian España. Se estima que en 2024 la deuda nacional de España alcanzó el 102,31% de su producto interior bruto, de todo lo que producimos en un año, otra enormidad.
Conclusión: no hay condonación alguna de deuda, solo hay un traslado de deuda, de Cataluña sobre todo, a todos los españoles, al Estado español. Sánchez, el presidente más caro de la historia de España, no ingresa, solo gasta nuestro dinero y se gasta buena parte de nuestro dinero en mantenerse él -mediante un gobierno de coalición que hace la gobernabilidad imposible- en la presidencia del gobierno.
Y un pensamiento, siguiendo a La Boétie: el único camino posible para acabar con una dictadura es decidir no servir más, y así ser libres.
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