La delegada aboga por “adecuar” la Constitución a “las nuevas realidades”

La delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, abogó ayer por llevar a cabo “una modernización o una adecuación” de la Constitución Española a “las nuevas realidades” que, según dijo, tiene la sociedad española en la actualidad, y que no se daban en 1978, cuando se aprobó la Carta Magna. “En 41 años, la sociedad española ha avanzado muchísimo y ahora nos encontramos nuevos retos, exigencias y problemas a los que tenemos que dar respuesta”, dijo Moh, una afirmación que también compartió la secretaria general del PSOE, Gloria Rojas.

Según explicó la delegada del Gobierno, entre esos “nuevos problemas” que deberían tener cabida en la Constitución Española están el cambio climático y la revolución digital, además de la violencia de género, contra la cual “hay que seguir trabajando y luchando para erradicarla”.
A ello se une el hecho de que “nos encontramos con nuevas amenazas, como el auge de formaciones extremistas y que quieren utilizar nuestro Estado de Derecho para socavar nuestra democracia”.
Por eso, Moh aseveró que quienes siempre han apoyado la Constitución valoran todo lo que se ha conseguido gracias a ella y están abiertos a “reforzarla”, y “a volver a dotarla de esta herramienta para afrontar las nuevas realidades y los nuevos retos a los que nos enfrentamos”.
En cualquier caso, subrayó que esa “actualización” de la Constitución debería contar con un consenso y apoyo mayoritario “como ya sucedió en 1978 para su aprobación”.
Rojas, que coincidió en los argumentos de la delegada del Gobierno, aprovechó sus declaraciones para reivindicar el papel que el PSOE en la elaboración y el desarrollo de la Carta Magna. “El compromiso del PSOE con la Constitución ha sido y será siempre auténtico y al 100%”, dijo la líder socialista.

De Castro: “Tocarla lo menos posible”

El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, subrayó la necesidad de defender la Carta Magna “ahora más que nunca con las convulsiones políticas” y, aunque cree que “puede haber alguna cosa que corregir”, a su juicio “habrá que tocarla lo menos posible y, sobre todo, no habría que tocarla nunca si eso va a significar acabar con la unidad territorial”.

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