La Ciudad pide a Nuestra Señora de la Victoria que “nos ilumines” para conseguir “una Melilla mejor para todos”

El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, ha rogado este viernes a Nuestra Señora la Virgen de la Victoria, patrona de Melilla y Alcaldesa Honoraria-Perpetua de la ciudad, “que nos ilumines a todos los que tenemos responsabilidades públicas para que los valores de la justicia, la libertad, la solidaridad, el respeto, la paz y la hermandad de todos los melillenses sean siempre nuestro guion y santo y seña de nuestra actuación pública”.

“Y que entre todos consigamos una Melilla mejor para todos”, apuntó.

Durante la tradicional petición a Nuestra Señora de la Victoria con motivo de su día, Imbroda ha tenido “un recuerdo especial” y le “imploró” por todas aquellas personas “que sufren”.

“Por los que sufren enfermedades para que los alivies y los consueles y alcancen la salud, y también para los que sufren problemas sociales, como el maltrato o el drama social del paro, para que les ayudes a encontrar su camino en paz”, manifestó.

Ante la imagen de Nuestra Señora, Imbroda se comprometió a trabajar para hacer “una sociedad mejor y por el bien de todos los melillenses sin distinción de ningún tipo”.

Asimismo, ha rogado por “las almas de todos los melillenses que nos precedieron y que hicieron posible la Melilla de la que gozamos ahora para que hayan alcanzado su paz eterna y que estén a tu lado y al lado de Dios Nuestro Señor”.

“Sigue siempre imponiendo tu manto, amparo y protección sobre nosotros como ha sido siempre para que los melillenses podamos vivir mejor, en paz y podamos tener un futuro de alegría y de paz”, ha concluido, dándole las gracias porque se le haya concedido el Año Jubilar a Melilla hasta el 13 de julio de 2024.

 

Juventud eterna

Durante la misa que se ofició en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús con motivo del día de la Virgen de la Victoria, el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, destacó que “el tiempo ya no pasa” por la patrona de la ciudad, puesto que “ha alcanzado la plenitud de la eternidad”.

“Esa juventud eterna que nace de la participación de la juventud de Dios que, según San Agustín, es más joven que todos los jóvenes juntos”, resaltó.

“En María, juventud y madurez se confunden, y ojalá que también se confundan en nosotros cuando, bajo su amparo y protección, vamos derechamente a Dios, que nos rejuvenece cada día por dentro y, con su gracia nos inunda de alegría”, agregó.

Resa dijo que la “calurosa presencia”  de todas las autoridades políticas, militares y civiles es “el mejor canto de felicitación a nuestra madre”.

“Cuando celebramos este 8 de septiembre, la fiesta del nacimiento de María, lo hacemos mirando de reojo a su hijo. La Natividad de María es el preludio de la Natividad de Jesús”, manifestó, afirmando que “la fiesta del nacimiento de María recibe su grandeza del nacimiento de su hijo Jesús”.

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