La Ciudad concede la Medalla de Oro a Mariano Remartínez y a Instituciones Penitenciarias

La Ciudad Autónoma de Melilla concederá este año la Medalla de Oro, máxima distinción que concede, a Instituciones Penitenciarias y al doctor Mariano Remartínez, propuestas que fueron aprobadas ayer en la Comisión de Educación, Cultura, Deportes, Festejos e Igualdad. Ambas propuestas salieron adelante por unanimidad de los cuatro grupos políticos que asistieron a la comisión, concretamente PP, Coalición por Melilla (CPM), PSOE y Grupo Mixto (Cs), ya que Vox, que había manifestado su desacuerdo por considerar que eran “absolutamente controvertidas” y “no acertadas”, se ausentó de la comisión. En una nota de prensa, la Ciudad Autónoma informó de que ambas propuestas de concesión de la Medalla de Oro fueron planteadas por el presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro (Cs), aunque la de Instituciones Penitenciarias no es novedosa, ya que había sido presentada anteriormente por el PSOE en 2009 y por Cs en 2018 cuando ambos partidos estaban en la oposición.
Sin embargo, la propuesta que hizo el año pasado Cs de premiar a Instituciones Penitenciarias, de la que De Castro es funcionario, fue rechazada porque ya se habían registrado otras tres con anterioridad: al dermatólogo Salvador González, al deportista melillense Yusef Kaddur, que es el actual viceconsejero de Juventud, y una tercera “por cortesía” a la ciudad de Málaga.

El PP pidió que fuera también para Enrique Remartínez
Según las fuentes consultadas por MELILLA HOY, la propuesta para conceder la Medalla de Oro al Doctor Mariano Remartínez Buera no estuvo exenta de debate ayer en la comisión. De hecho, el PP pidió que se quedara sobre la mesa para estudiar la posibilidad de que fuera una condecoración conjunta con su hermano, Enrique Remartínez Buera.
Los populares entendían que esta distinción conjunta supondría un reconocimiento como grandes precursores de la medicina privada en Melilla y los avances médicos que eso supuso, además de la importante inversión que ello conllevó en la ciudad.
Sin embargo, dos fueron los obstáculos para esa alternativa que planteó el PP. Uno, la negativa de Eduardo de Castro, que consideraba que la propuesta de condecoración debía ser únicamente para Mariano Remartínez.
El otro impedimento para que la propuesta del PP no prosperara es que, según el Reglamento para la Concesión de Honores y Distinciones, la concesión de la Medalla a título póstumo solo se puede plantear cuando no han transcurrido dos años desde el fallecimiento, si bien Enrique Remartínez murió a finales de abril de 2010.

Las razones de De Castro
Según la Ciudad Autónoma, la propuesta de conceder la Medalla de Oro a Instituciones Penitenciarias se basa en “la importancia y la trascendencia de su labor, teniendo en cuenta, además, la ancestral tradición penitenciaria de Melilla, y considerando que ello supone una enorme riqueza histórica, cultural, social y de conocimiento de la ciudad”.
El reconocimiento a Remartínez “aplaude su contribución a la mejora y atención de la sanidad en Melilla durante sesenta años de ejercicio profesional y de servicio a los melillenses, en muchos casos de forma altruista”.
De cara al próximo año, el Gobierno de Melilla trabajará para que las propuestas de concesión de las Medallas de Oro sean abiertas a la población, en aras de que tenga una participación activa en la decisión de concesión de la máxima distinción que otorga Melilla.

La oposición rechaza las formas
Antes de la celebración de la comisión en la que fueron aprobadas las dos concesiones de la Medalla de Oro, los dos partidos de la oposición criticaron las formas empleadas por el Gobierno local.
El secretario general del PP, Miguel Marín, habló de “chapuza administrativa” porque la propuesta que había presentado el Ejecutivo para Mariano Remartínez recogía hasta cuatro candidatos distintos, probablemente por un error a la hora de copiar y pegar el texto, de ahí que instara a la celebración de la comisión para que se les aclararan las dudas.
Por su parte, Vox centró sus críticas en la urgencia de la convocatoria cuando cree que no había lugar a ello.

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