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Un numeroso grupo de socios y simpatizantes de la Casa Regional de Ceuta en Melilla tuvieron ayer la oportunidad de conocer un poco más la historia de Melilla a través de una visita al cementerio de la Purísima Concepción gracias a la colaboración del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla. Isabel Mª Migallón Aguilar y Eduardo Sar Quintas fueron las personas encargadas de guiarles a través de tumbas y panteones para explicar no sólo la historia de sus moradores sino también su entronque con la de Melilla y a nivel general con la de España, ya que hasta tierras africanas llegaron gentes de todos los puntos de la geografía española e incluso de fuera de ella. El presidente de la entidad regional, Ramón de la Cruz, dio la bienvenida a más de 60 personas interesadas por esta iniciativa cultural que ha tenido la Casa regional de Ceuta en Melilla cercana la fechas del Día de los Difuntos.
Primero a modo de introducción y de forma muy breve, la historia de los enterramientos en la Ciudad y del cementerio de la Purísima, que fue inaugurado el 1 de enero de 1892. A continuación, algunas pinceladas de tumbas y nichos ubicados en los primeros patios: Compañía de Mar, haciendo especial mención a José Mazzarello. Los hermanos Segura Lacomba (fallecidos en acción de guerra en 1911 y 1921).
En la Galería Izquierda de la Capilla pudieron ver las tumbas de los antiguos comandantes generales: Alameda, Serrano y Hernández, este último especialmente querido y apreciado tanto por los melillenses como por los caídos rifeños que quisieron estar presentes en sus honras fúnebres en aquel mes de agosto de 1904. Se hizo bastante hincapié en que estos hombres no solo se preocuparon por el aspecto militar, sino que tuvieron mucho interés en el progreso y desarrollo urbanístico de la Melilla de finales del siglo XIX y principios del XX.
Muy cerca de ellos, un personaje emblemático y polifacético como fue Cándido Lobera quien siendo teniente de Artillería llegaría a tierras africanas durante la Campaña de Margallo en 1893 y ya se quedó para siempre atrapado por el encanto de una joven melillense, Francisca Peré y por el de una ciudad a la que quiso y por la que se preocupó hasta el final de sus días. Militar, político, escritor y periodista, fue el fundador en 1902 del diario local El Telegrama del Rif.
Panteón de Margallo
El numeroso grupo se dirigió caminando hacia el Panteón de las Víctimas de la Campaña de 1893 más conocido como de Margallo. Supieron de la historia que encierra una tumba situada prácticamente a la entrada del cementerio, la del soldado Fernando Bueno Espinosa, quien estando de guardia en el fuerte de Cabrerizas Altas llevado por su celo profesional siguió a dos desertores hasta los límites de la Plaza. Allí fue apaleado hasta la muerte. Su cuerpo pudo ser recuperado y enterrado en suelo español. Sus jefes y compañeros quisieron rendirle un último homenaje erigiéndole un monumento funerario, una columna truncada, símil de su propia vida.
La próxima parada fue en el Panteón de Margallo para bajar a la cripta, donde Eduardo Sar fue explicando las historias de sus moradores, desde el capitán de Artillería Francisco Lassaleta muerto en 1848 pasando por Margallo, Guiloche, Royo, Ibáñez Marín y otros tantos hasta el gran que guarda los restos de los fallecidos tanto en el Barranco del Lobo como los de otros tantos que murieron en aquellos meses de 1909 en otros lugares.
Conocieron también algo más de la vida de Sor Alegría de Jesús y la labor realizada por las Hermanas Terciarias Franciscanas en la Campaña de 1909 así como los Hermanos de la Doctrina Cristiana en 1921, las Hermanas de María Inmaculada, etc. Todos ellos fueron demostraron con creces en aquellos trágicos momentos lo que significa “servir a los demás”. “Entrega y Sacrificio son las dos palabras que resumen su trabajo en época tan convulsa”.
En la Galería Nueva, donde yacen gran parte de las familias más antiguas de Melilla, Cappa, Béjar, etc., está también enterrado el brigadier Manuel Villacampa del Castillo quién en 1886 se sublevó contra la Monarquía intentando instaurar la República. Condenado a muerte gracias a los ruegos de su hija Emilia, que le acompañó siempre, le fue conmutada la pena capital por la cadena perpetua que hubo de cumplir en un buque hospital en Fernando Poo. Aquejado de una grave enfermedad fue trasladado a Melilla donde falleció el 12 de febrero de 1889.
Antes de entrar en el gran mausoleo, conocido como Panteón de Héroes, o del Ángel, los guías les hablaron de la parcela del Tercio así como de los monumentos funerarios que albergan los restos de los aviadores y de los del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 2.
Muy cerca de este Panteón desde 1929 se halla la tumba de Juana Martínez, la famosa “Cantinera de Monte Arruit”. Mujer fornida de gran carácter que supo luchar por sacar a su familia adelante tras quedarse viuda. Que prefirió quedarse tras los sucesos de julio de 1921 junto a su hijo que ponerse a salvo en Melilla como hiciera con el resto de sus vástagos.
Panteón de Regulares
El siguiente lugar al que tuvieron acceso fue al Panteón del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 5, en el que figuran tres caballeros laureados de San Fernando Alfredo Costell, Luis Cue y Víctor Sáinz. Allí reposan junto a sus compañeros de Unidad fallecidos posteriormente sin distinción alguna tan solo ese pequeño emblema que nos dice que fueron merecedores de tan alta distinción.
Tras más de dos horas y media en el cementerio de la Purísima Concepción se dio por concluido el recorrido en la Parcela Militar que hay en la parte alta donde al entrar el visitante lo primero que ve es el emblema de La Legión. Tumbas encaladas con solo un número de identificación cuyos datos han de ser buscados en una larga relación de nombres, fechas y unidades de distintas armas.
“La visita podría haber continuado durante mucho más tiempo a decir de los guías. Muchos más datos que aportar, muchas más historias que contar de gentes cuya vida está ligada al devenir diario de Melilla. Civiles y militares, militares y civiles cuyos restos reposan entre los muros centenarios de un cementerio singular”, señaló la Casa Regional.
“Hoy ceutíes y melillenses al visitar este camposanto hemos reafirmado algo que ya sabíamos, que las historias de ambas ciudades corren paralelas pero con muchos, muchísimos puntos de unión, ¡Qué mejor muestra que los tres “caballas” que reposan en el Panteón de Héroes! Este recorrido histórico merece la pena hacerlo y que todo el mundo conozca las historias que guarda el cementerio de la Purísima Concepción, algunas de ellas las conocemos ya los asistentes a la visita otras quedan para futuras excursiones culturales a un lugar tan emblemático de la Ciudad”, agregó.
El presidente de la Casa regional de Ceuta en Melilla, junto al vicepresidente y el vocal de Cultura hicieron entrega a los dos guías de dos réplicas en madera del cartel anunciador de la I edición del recorrido histórico por tumbas y panteones militares diseñado para ocasión por esta institución ceutí.
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