Carta del Editor. MH, 3/8/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Jamás había acudido a un Pleno de la Asamblea de Melilla, a pesar de que hace ya más de cuarenta años de la fundación del MELILLA HOY. Lo hice, acudir, por primera y única vez (hasta ahora), el pasado martes, 29 de julio.
El artículo 7 del Estatuto de Autonomía de Melilla (ciudad autónoma) dice: 1. La Asamblea de Melilla, órgano representativo de la Ciudad, estará integrada por veinticinco miembros, elegidos en la Ciudad por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto. Las elecciones se regirán por lo establecido en la legislación estatal reguladora del régimen electoral general para la celebración de elecciones locales. 2. Los miembros de la Asamblea de Melilla ostentan también la condición de Concejales.
Lo del Pleno es manifiestamente mejorable, pero yo lo esperaba/temía peor
He destacado, en negrita, lo de “ciudad autónoma” y lo de “órgano representativo de la Ciudad”. Lo de ciudad autónoma, para que sepamos y recordemos que no somos “Comunidad Autónoma”. Lo de que la Asamblea es el órgano representativo de la Ciudad (ahora con mayúsculas, en el Estatuto), porque me parece muy importante resaltarlo.
Así que el 29 de julio acudí a ver cómo se comportaban, qué hacían, en un Pleno, los veinticinco miembros -diputados y también concejales- de nuestro melillense órgano.
El resumen de lo que vi lo expongo a continuación, advirtiendo que lo que resumo son más impresiones que descripciones.
Algunos de diputados/concejales entraron al Pleno de Control un poco tarde. Faltaron, creo, 3 de los 25. El tema de la primera interpelación fue el agua en Melilla (que es muy mala, sin duda). Ataca Rachid Bussian, en representación de los 4 diputados de CpM. 10 minutos atacando, con estilo suave. Réplicas largas de Daniel Ventura, Consejero de Seguridad Ciudadana, con estilo más bien popularista.
Toma el testigo Emilio Guerra, también de CPM, crítica también con estilo suave. Tema: el ataque cibernético a la CAM, la ciberseguridad. La Consejera, del PP, claro, Marta Fernández de Castro responde: muchos datos, el factor humano, la prevención, el impacto económico, etc.
Pasa el turno al hermano de Sabrina Moh, Riduan, colocado en el PSOE y en la Asamblea. Muy agresivo, casi insultante, a diferencia de los de CpM. Se manifiesta casi violentamente contra lo privado en general y contra lo privado en la Universidad, especialmente. Crítica, al PP, todo, especialmente ¡el uso de la mentira!
Le responde la consejera de Universidades, Marta Fernández de Castro, con generalidades. Se va Juan José Imbroda de la Presidencia del Pleno, cede su sitio, momentáneamente, a la vicepresidenta, María José Aguilar, y ataca al diputado socialista Moh (que a Imbroda no le gusta nada, es evidente) tras haber vuelto aquel a despotricar contra el PP y su Gobierno.
Responde Imbroda, indignado. Fantoche, llama a Moh. Caradura, añade Imbroda, ustedes -los socialistas- han impedido que la universidad pública sea gratis en Melilla, afirma el presidente (de la Ciudad y de la Asamblea).
Llega un largo descanso. Algunos diputados no vuelven (yo sí retorno, tras el rápido café; no me gusta dejar algo a medio hacer).
Interviene Rafael Robles, PSOE, y utiliza, para atacar al PP, el estado de la limpieza (la suciedad, más bien y según él) en Melilla. La ciudad está más sucia que nunca, afirma. Y otra vez la eterna acusación partidista. Para Robles el PP lo ha hecho todo mal siempre, antes, ahora y lo hará mal después. Contesta Daniel Ventura, que opina todo lo contrario: ustedes, socialistas, lo habéis hecho siempre mal, peor imposible; se escuda, Ventura, en los contratos firmados y restringe su acción a la vigilancia del cumplimientos, o no, por parte de los contratistas. Robles, replica: más de lo mismo, el pasado, la comparación habitual entre buenos (el PSOE, según Robles) y malos (el PP, también según el socialista). Rerreplica Ventura: la empresa adjudicataria, el PSOE todo lo ha hecho, y lo hace, mal, etc.
Turno para el Grupo Mixto. José Miguel Tasende quiere que el plus de residencia, 25%, sea aplicado a todos los trabajadores de Melilla. Una intervención quizás más propia de un sindicalista -lo público es bueno siempre, lo privado es siempre malísimo- que de un representante de la “ultraderecha”, según la imputación habitual del PSOE a Vox.
Miguel Marín – Vicepresidente Primero del Gobierno y Consejero de casi todo- leyó las complejas normas del salario mínimo, una lectura muy, muy aburrida. Tasende respondió centrándose en “la justicia social” (más sorpresa). Marín le exigió que enviara su solicitud “a quien corresponda”, al Gobierno Central, socialista, del que -como acertadamente señaló Miguel Marín- “no podemos esperar nada”. Nada bueno, se entiende.
Amín Azmani está encantado de conocerse. Para él, la autocomplacencia es la postura habitual en el Gobierno local. Sin fundamento, según “el diputado Mohamed”, como lo denominan desde las filas del PP, partido que, según Azmani, lleva 25 años incrementando las deficiencias estructurales y el declive de Melilla, así que no tienen nada que festejar.
Ventura (la estrella del PP, en este acto) demostró palpablemente que no tiene cariño alguno -sino todo lo contrario- a Azmani, rechazó tajantemente sus acusaciones generales, “sin confirmar”, despreció sus vídeos “manipulados” y le acusó de un ansía desmesurada y duradera (empezó cuando militaba en el PSOE) de lograr un poder que no tiene (ni tendrá, según Dani Ventura).
Los empresarios no tienen representación alguna en el órgano representativo de nuestra ciudad, por eso la ciudad agoniza económica y socialmente
Insistió Azmani: “la ciudad agoniza en lo económico” (ahí tiene razón, añado yo). Enseñó unas fotos sobre la Gota de Leche y su funcionamiento. Intentó que una funcionaria recogiera y sacara de la Asamblea sus fotos. Imbroda, ya nuevamente en su puesto de presidente del Pleno, lo evita, indignado. Fadela Mohatar responde, también indignada, a Azmani (el diputado que peor les cae a los del PP, me parece). Ataca y le reprocha que llame “enchufados” a los trabajadores de la Gota de Leche, que manipule fotos y un largo etcétera de diversas maldades (como no pagar su deuda con Vox, por lo del dinero del Grupo Mixto).
Mi conclusión, tras esta mi primera asistencia, en mi vida, a un Pleno de la Asamblea de Melilla, tras más de 40 años de periodismo local: lo del Pleno es manifiestamente mejorable, pero yo lo esperaba/temía peor. La estructura política de Melilla debe cambiar profundamente. Los diputados/concejales deben ser elegidos por su valía, no por su fidelidad al jefe del partido. Los empresarios no tienen representación alguna en el órgano representativo de nuestra ciudad, por eso la ciudad agoniza económica y socialmente.
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La Asamblea de Melilla
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