Viernes Santo melillense. Tres hermandades realizarán hoy estación de penitencia con cinco pasos. El primero en salir será a las nueve de la noche la Piedad desde el interior de la Castrense, acompañada por el Cristo de la Buena Muerte, para continuar 45 minutos después con el Cristo del Socorro, el emotivo Santo Entierro y María Santísima de los Dolores desde la Plaza de Toros, mientras que será a las once de la noche cuando salga la Virgen de la Soledad, desde el Sagrado Corazón. Será José Luis García Sánchez, el encargado de ofrecer el desagravio a la Señora de Melilla. La Cofradía del Nazareno precisa de portadores para sacar el Santo Entierro. El programa oficial de Semana Santa prevé que hoy, Viernes Santo, a las nueve de la noche, salga a la calle el trono de María Santísima de la Piedad de la Cofradía del Humillado, obra de los maestros imagineros José María Jiménez Guerrero y Diego Fernández Rodríguez.
La Piedad
La virgen saldrá del interior de la Parroquia Castrense y este año lucirá, entre las novedades, una nuevas tulipas y la cruz, un nuevo palio donado por una feligrés. Andrés Domingo Catalá, segundo hermano mayor, confía en que no haya problemas y no falten portadores. Al menos se han comprometido unas cincuenta personas, que son las necesarias para que el trono pueda realizar su estación de penitencia. Indicó que en Melilla muchos portadores participan a lo largo de la Semana Santa en distintas salidas procesionales, por lo que el cansancio se acumula. Aún así, espera una salida sin problemas.
El trono de la Virgen irá precedido, como viene ocurriendo desde 2014 con ocasión de su 25 aniversario, por el Cristo de la Buena Muerte portado a hombros por personal del Ejército de Tierra, tanto en activo como en la reserva. Acompañará a La Piedad, el grupo de cámara Orfeus, bajo la dirección de Chamo Díaz. Los Tercios que acompañarán hoy a la emotiva imagen de la Piedad, lucirán túnica, capirote y calzado en negro, capa, fajín y manguito azules. Los costaleros, con tercerol negro y sin capa.
El dolor de la madre que porta a su hijo muerto en los brazos, no deja impasible a nadie que presencia el discurrir de este paso que rememora uno de los momentos más duros de la pasión de Cristo. Se espera que entre en la carrera oficial sobre las diez y cuatro de la noche.
La Soledad
El hermano mayor de la Cofradía de la Soledad, Francisco Javier Calderón, mostró su deseo porque esta noche todo discurra a la perfección y las tres hermandades melillenses que hoy procesionan puedan llevar a cabo su estación de penitencia. Según dijo, los costaleros se encuentran expectantes e ilusionados hasta que a las once de la noche de este Viernes Santo se abran las puertas del templo del Sagrado Corazón y la Señora de Melilla pueda iniciar su estación de penitencia. La virgen será portada en un trono reducido que precisa de unos 45 portadores, por lo que resulta complicado atender las demandas de todos los que quieren procesionar con La Soledad.
A lo largo del recorrido permanecerán a oscuras todas las calles a su paso, para acompañar en su luto a la Madre de Dios. La imagen fue tallada a mediados del siglo XX por el imaginero murciano Nogueras Valverde. El silencio es la nota característica primordial durante todo el recorrido de La Soledad en la noche del Viernes Santo. No lleva nunca presidencias ni música, tanto solo un tambor destemplado. Los penitentes visten de negro riguroso.
Uno de los momentos más emotivos, amén de su caminar por la Avenida de Juan Carlos I, será su entrada por el callejón que lleva su nombre, siempre cubierto con un tapiz de colores. De hecho los jóvenes de la Cofradía se afanan a lo largo de esta mañana en elaborar el dibujo de esta original alfombra, con serrín teñido, buscando cada año ofrecer el diseño más bello. Cuando el trono llegue al callejón, se dará lectura a la carta de los jóvenes de la Cofradía, responsabilidad que en esta ocasión desarrollará el cofrade Antonio González Guzmán.
Se espera que el trono acceda a la carrera oficial sobre las doce y media de la noche, donde la Cofradía repartirá más de dos mil velas entre los presentes. Además este año será José Luis García Sánchez, secretario de la Cofradía, el encargado de conducir el desagravio a la Señora de Melilla. El aldabonazo, la llamada a las puertas del templo para iniciar la salida procesional correrá a cargo de Manuel Jiménez, que fuera hermano mayor de la cofradía.
El Santo Entierro precisa portadores
Desde la Plaza de Toros y a las diez menos cuarto de la noche, se ha previsto que salgan a la calle el Cristo del Socorro, el emotivo Santo Entierro y María Santísima de los Dolores en su Soledad, todas estas tallas son parte del rico patrimonio de la Cofradía del Nazareno de Melilla la Vieja. Se trata de la procesión oficial, que cuenta con la participación del presidente de la Ciudad Autónoma. Desde la Cofradía del Nazareno se invita a los melillenses a sumarse como portadores del trono del Santo Entierro, que por su envergadura y diseño, precisa de un importante número de hombres y mujeres de trono.
El Cristo del Socorro fue tallado en el siglo XIX por un oficial de la guarnición de Melilla sobre un tronco de leña destinado a los hornos de pan y entró a sustituir al Cristo de la Vera Cruz en las procesiones. Fue adquirido por la Cofradía en 1819. El Santísimo Cristo Yacente ("Santo Entierro") fue tallado por Benito Sánchez Barbero en 1943, de la Escuela Granadina. El sepulcro es de caoba, palo santo, marfil y plata. En esta salida acompañan al trono las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad. En cuanto a María Santísima de los Dolores en su Soledad, es obra anónima del siglo XVIII. Hasta el siglo XIX fue conocida por la advocación de Nuestra Señora de la Soledad. La virgen viste su saya primitiva, restaurada por las monjas dominicas de Alcalá la Real (Jaén). Acompaña a los tronos tanto la Policía Nacional como el Cuerpo de Bomberos, porque fueron funcionarios de ambos cuerpos los que rescataron los tronos de la cofradía del incendio que se desató en los años 90 en los almacenes de la antigua Junta de Obras del Puerto.
