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Jornada final, balance positivo

Acaba de terminar la final del cuadro masculino del Mutua Madrid Open de tenis y bastante más gente de lo que suele ser habitual en estos casos abandona con rapidez las instalaciones sin quedarse siquiera a ver la entrega de trofeos y los discursos de los finalistas y autoridades porque claro, mañana es día laborable en Madrid, tras cuatro días vacantes por festivos de la Comunidad, Fiesta del Trabajo etc, y porqué no decirlo, a estas horas de la noche, ya hace fresquito en la Caja Mágica. (Foto Mutua Madrid Open).

Pilar Cayuela/Enviada especial al Mutua Madrid Open

Cuando estaba Nadal en la final del torneo, que era lo habitual, las finales empezaban a las cuatro de la tarde, ya sabíamos todos que a Nadal le gustaba jugar con calor y además estaba acostumbrado a ello, sino que se lo pregunten también a los organizadores de Roland Garros, y cuando tocaba calor en Madrid, allí estábamos los aficionados y demás presentes, ligeros de ropa, mucho líquido, abanico y encima con la alegría más o menos inminente de que iba a ganar nuestro favorito.

No es el caso de este primer año puro sin Nadal, en el que el partido final ha empezado a las 18,38 horas y el ambiente en la pista se ha ido poniendo húmedo y fresco. En la cancha dos grandes luchadores y buenos tenistas: El número cinco del escalafón, el británico Jack Draper, que partía ligeramente como favorito y el número 14 del escalafón, el noruego Casper Ruud. Contra este ligero pronostico se han desarrollado los hechos tenísticos que han desembocado tras un duro y largo partido en una victoria en tres sets de Casper Ruud que ha vencido por 7/5,3/6 y 6/4.

Por fin el noruego consigue ganar un torneo Máster 1000, tras haber jugado 7 finales en esta categoría y no había conseguido ganar ninguna. Venía de ganar el Trofeo Conde de Godó hace dos semanas, que sabemos tiene categoría 500 y ahora acaba de ganar el Mutua. Jugador modesto, educado y muy profesional, que entrena con asiduidad en las instalaciones de la Academia de Nadal en Manacor. Por ello, se ha notado hoy, juega mejor en tierra que su contrincante Draper.

Ruud, no hay más que verle llegar a las bolas apuradas resbalando, en los golpes tanto de derecha como de revés, la bola describía una curva mayor que las que golpeaba Draper, con lo cuál le permite ganar tiempo para responder al siguiente golpe e ir preparando así, el ataque definitivo. Draper golpea la bola más plana, es más directo y rápido y tiene quizás mejor saque que el noruego, pero ello le ha resultado insuficiente para ganar con las bolas poniéndose cada vez más pesadas por la humedad. En definitiva, hemos visto un buen partido, con puntos brillantes jugados por ambas partes y que además ha durado tres sets, que gusta al respetable que duren estas finales. Balance positivo, todos contentos.