Imbroda niega “jugadas encubiertas” en las renuncias de Marín y Acedo en la Asamblea

El presidente de la Ciudad Autónoma y el PP regional, Juan José Imbroda, negó que detrás de las renuncias de Miguel Marín y Sofía Acedo como diputados populares en la Asamblea de Melilla responda a “jugadas encubiertas para que entren los siguientes” de la lista que presentó el PP a las elecciones autonómicas: Esther Donoso, que figuraba en el número 14, y Francisca Conde, justo después. “El que diga eso está soñando”, respondió Imbroda ante alguna crítica política por este movimiento en la bancada popular. Imbroda, en rueda de prensa, dejó claro que en estos momentos hay una “situación de normalidad” en la Asamblea, que ha tramitado ya las renuncias de Miguel Marín y Sofía Acedo, y está a la espera de que la Junta Electoral Central (JEC) remita las credenciales de las nuevas diputadas del PP, que tomarán posesión en cuestión de 8 o 10 días en un pleno extraordinario, señaló el dirigente melillense.
Asimismo, aprovechó la ocasión para agradecer públicamente el trabajo realizado por Marín y Acedo. Sobre el ya exdiputado, dijo que en el PP están “encantados” de que haya formado parte del Gobierno local durante casi 15 años, una etapa en la que “ha sido un gran político y defensor de los intereses de Melilla”. También apuntó lo mismo de Sofía Acedo, que “lo ha hecho muy bien y como tiene empuje suficiente, se merece ir a la política nacional para empujar a Melilla en Madrid”. Este agradecimiento será plasmado también por escrito.
Imbroda explicó que la renuncia de Marín fue una decisión suya, aunque acudió a él para pedirle consejo como presidente de la Ciudad Autónoma y el partido. De todos modos, Imbroda señaló que Marín tenía clara su decisión de apartarse de la Asamblea porque “no quería estar en ningún mentidero público cuestionando cualquier honorabilidad suya”, razón por la que optó por no recurrir a la vía judicial.
Además, Imbroda consideró que el pronunciamiento de la JEC sobre una posible incompatibilidad es “inopinado” porque había “base jurídica sobre la mesa y experiencias anteriores” que apuntaban a que ambos cargos son compatibles.

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