En esta minúscula tierra, Rusadir, Melilla, tenemos problemas comunes, iguales y diferentes con respecto a las comunidades y pueblos de nuestra España; en cambio nuestra situación geográfica (al igual que Ceuta) haciendo frontera con Marruecos, que nos reivindica como parte de su territorio, aún sabiendo de que Marruecos como tal no existía cuando Melilla, Rusadir ya era España, hace que los problemas entre países o reinos sean eternos en el tiempo hasta enquistarse en el día a día. Importa y mucho que España sea una democracia consolidada y Marruecos aun le quede mucho camino por recorrer, porque hoy día las diferencias culturales, tradición, lengua, religión, etc., no deben ser obstáculo para el entendimiento, el diálogo y la colaboración mutua, que son valores añadidos que nos enriquecen social y culturalmente.
La política debe ser el arte de solucionar problemas en lugar de crearlos, siempre en igualdad de condiciones y respeto de ambos gobiernos, y aquí hay que decir muy claramente que el gobierno marroquí obstaculiza todo lo referente a la frontera que Melilla le toca hacer y soportar como parte española, y que nuestro gobierno central ( y este y otros) suelen hacer dejación de sus responsabilidades para con Melilla, para no incordiar al reino alauita , así hemos llegado a tener una frontera que se parece más al ‘camarote de los hermanos Marx’ que a una frontera internacional, donde nuestros guardias civiles y policías nacionales sufren constantes apedreamientos, insultos y vejaciones desde el lado marroquí, sin que los mehanies o guardias fronterizos lo impidan. Por el lado español, quienes custodian nuestra frontera no son debidamente atendidos para hacer frente a este y otros muchos problemas. El gobierno español, nuestro gobierno habla mucho, promete mucho y nada se soluciona. Es necesario que tenga reuniones tripartitas entre Marruecos y la Unión Europea, para acabar definitivamente con el insulto y las agresiones.
En cuanto a las avalanchas de inmigrantes subsaharianos, Melilla no puede ser rehén de un conflicto que viene dado por la desesperación de quienes, desesperados, violan nuestra frontera, es nuestro gobierno, el gobierno a cuyo territorio llegan y la Unión Europa. En Melilla estamos acostumbrados a ver pasear por la frontera a nuestro gobierno central, sabiendo que todo quedará igual, soportando guardias civiles y policías la falta de interés e ineficacia del Gobierno español de turno. No hay derecho.
Del Gobierno Local con un alcalde presidente que reclama si el gobierno central no es de sus siglas mientras calla si lo es y hace de comparsa. Mejor decir. “Virgencita, virgencita déjame como estoy”.
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