Categorías: Opinión

Histrionismo con la capital de Suecia al fondo

Según la RAE el “histrión”, es una persona que divierte al público con disfraces, o al sujeto que se expresa con la exageración que caracteriza a los actores. Dice que el uso más habitual de este adjetivo, está dado en el mundo del espectáculo; considerando que los actores histriónicos son los que logran entretener a la audiencia con sus palabras, su gestualidad y sus movimientos corporales. Y como saben el histrionismo también lo podemos ver fuera del cine, del teatro o de la televisión, pero sí en alguna que otra manifestación, con licencia o sin ella. Sobre estos personajes histriónicos, los hay que son ocurrentes por su naturaleza, ya que su timidez brilla por su ausencia, y si han leído algo de historia, terminan destacándose en los eventos sociales y políticos. Pero para que se les tome en serio, deben manejarse con mucha responsabilidad.

Generalmente esta gente suelen ser egocéntricos y un poco exagerados al expresar sus emociones. Buscan siempre ser el niño en un bautizo, el novio o la novia, en una boda, o el muerto en un entierro; y si la gente no les hace ni puto caso, te cojen un mosqueo de cojón de mico. Créanme que cuando vi a una señora, megáfono en mano, junto a un joven con un voluminoso cajón a cuesta, anunciando algo sobre una reunión.

Al principio creí que era lo que hace algunos años, en muchas ciudades de la Península, se podía ver a dos señores con un acordeón, una trompeta y un altavoz dentro de un cajón tocando, muy malamente por cierto, el pasodoble “Islas Canarias”; y los vecinos, desde los balcones arrojándoles algunas monedas. Pero no como “El Matías”, personaje popular malagueño, de los duros años 40 y 50, que tras su sempiterno discurso seguido de un zapatazo en la acera, y su enajenado estado psíquico, con humor y gracia, decía bajo un balcón: “¡Araceli!
(y a lo mejor la señora se llamaba Paca o Ramona): échame un alfiler, pero me lo pinchas en un bollo para que no se pierda”. Pero no crean que se me ha olvidado la cabra, con sus cuatro patas en lo alto de un macetero antiguo, como el que tenía mi abuela en el comedor, con su blanco tapete de crochet. Creo que los amantes de los animales tienen algo que ver en que ya no se vean por ahí, las cabras divirtiendo al personal. También en la actualidad existe el clásico tapicero ambulante, que suele ir en su furgoneta, megáfono en mano, ofreciendo sus servicios a los vecinos que lo necesiten.

Por otra parte, como hace pocos días me decía una señora amiga, que muchas personas residentes en nuestra ciudad, padecen “el síndrome de Estokolmo, y llegará el día que toda la población sufrirá esa enfermedad”. La verdad es que yo no me lo creo, porque si analizamos lo ocurrido en Estokolmo el 23.08.1973, cuando tuvo lugar el atraco con rehenes, protagonizado por el malhechor, Jan Erik Olsson, en el banco Kreditbanken de Norrmalmstorg. Al llegar dos policías de forma casi inmediata, el atracador hirió a uno de ellos y mandó al segundo sentarse, y creo que le obligó a que cantase. Olsson había tomado cuatro rehenes y exigió tres millones de coronas suecas, un vehículo y dos armas. El gobierno se vio obligado a colaborar y le concedió llevar allí a Clarck Olofsson, amigo del delincuente. Así comenzaron las negociaciones entre atracador y policía. Ante la sorpresa de todos, una de los rehenes, Kristin Ehnmark, no solo mostraba su miedo a una actuación policial que acabara en tragedia sino que llegó a resistirse a la idea de un posible rescate. Según decía, se sentía segura.

Por eso yo discrepo que en mi ciudad exista entre algunos ciudadanos ese síndrome de la capital sueca, porque más bien se trata de un “mito”. Pero como de todo hay en esta “Viña del Señor”, existen personas recién llegadas, que dicen sentirse agradecidas, mostrándose simpáticas y agradables con los histriónicos, desarrollándose una dependencia emocional hacia ellos.

Yo en vez de citar a Estellés, pienso como el autodidacta “Chipola”:
“He nacido en el mejor país del mundo. La lengua, el vino, (con el jamón), las comidas, los paisajes, las gentes… Los de mi pueblo son los mejores. Me gusta mi nación y soy nacionalista. Pero lo curioso es que si llego a nacer en otro sitio, todo esto sería una mierda”. Pues eso.

Acceda a la versión completa del contenido

Histrionismo con la capital de Suecia al fondo

Entradas recientes

Consulte la portada de MELILLA HOY del miércoles 29 de octubre de 2025

Ya puede realizar su compra en la “Versión Digital”, en formato PDF, a través de…

5 horas hace

1-2. El C.D. Melistar supera con apuros a un combativo Leis Pontevedra

LOS DE TOMÁS DE DIOS LOGRAN SU CLASIFICACIÓN PARA LA RONDA DE OCTAVOS DE FINAL…

6 horas hace

La U.D. Melilla apuesta por Javi Motos como nuevo entrenador

La U.D. Melilla ha contratado a Javier Motos como nuevo entrenador hasta final de temporada,…

9 horas hace

El Grupo Amigos Futboleros de Melilla homenajea este miércoles a Juan Moya

El Grupo Amigos Futboleros de Melilla, presidido por Manolo Agulló, rendirá este miércoles un merecido…

10 horas hace

Melilla organiza la Semana del Bádminton en la UNED con conferencias, master class y partidos

La Semana del Bádminton UNED Melilla, del 10 al 14 de noviembre, incluirá conferencias, master…

10 horas hace

Gustavo Bravo: “Aquí hay un grupo de trabajo y de jugadoras por encima de todo, así lo sentimos y así lo vivimos”

Gustavo Bravo, entrenador del Melilla Torreblanca C.F., celebró la victoria 6-0 ante Ourense Ontime, destacando…

10 horas hace