Hasta 40 menores se forman en talleres de pintura, albañilería y atención al ciudadano

La Plaza de Toros vuelve a convertirse en centro de capacitación laboral de cuarenta menores extranjeros no acompañados de entre 16 y 17 años acogidos por la Ciudad Autónoma que participan en cursos de albañilería, pintura y atención al ciudadano de cara a su futura inserción en el mercado de trabajo. El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, señaló que resulta complicado conocer el grado de inserción de estos jóvenes porque al cumplir 18 años se marchan, pero sí que la formación les ayuda a tener futuro. Explicó el consejero que, una edición más, vuelven los cursos de formación en la plaza de toros para menores extranjeros no acompañados en los que toman parte cuarenta chicos y chicas tutelados: 20 en los dos cursos de mañana y tarde de azafata o atención al ciudadano; 10 en el de pintura y otros 10 en el de albañilería, ambos matinales.

Daniel Ventura detalló que los trabajos de mantenimiento ayudan a conservar el edificio, al tiempo que los jóvenes guías, hacen posible que el recinto esté abierto y pueda ser visitado por melillenses y foráneos. Este grupo de chicos y chicas de atención al ciudadano realizan prácticas en eventos como la misa rociera, el espectáculo taurino de feria o el Día de Melilla.

Indicó que los cursos de albañilería y pintura los sufraga directamente la empresa Arquisocial que gestiona el centro de Purísima, mientras que el de atención al público lo subvenciona la Consejería, tras haber realizado un concurso en el que participaron tres empresas. Lo que queda de manifiesto para el consejero, es que con estas acciones de formación y capacitación "seguimos trabajando en la integración de estos niños".

Inegración
En este sentido manifestó que es preciso "darles recursos laborales para que en un futuro próximo se puedan integrar en la sociedad a la que vayan o el país en el que decidan vivir. Creemos que esta es la línea por la que hay que apostar y vamos a seguir preparándolos para que se puedan integrar".

Puntualizó que como son jóvenes de entre 16 y 17 años que están fuera del sistema educativo reglado, "no nos queda más remedio que tirar por este camino de la formación complementaria no reglada para adquirir esas habilidades laborales con las que se puedan integrar".

En este punto reconoció el consejero que no conocen el grado de inserción laboral de estos jóvenes una vez finalizan su formación, porque "la mayoría al cumplir los 18 años su objetivo no es quedarse, sino marcharse a otras comunidades o países, y no podemos saber cuál es el índice de inserción, a excepción de los que se han quedado, y vemos que hay muchos integrados, que trabajan aquí desde hace tiempo".

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