Los ingresos tributarios en España aumentaron un 8,3% hasta octubre, destacando un crecimiento del 9,3% en impuestos directos. A pesar de la alta presión fiscal, la ciudadanía percibe un retorno insatisfactorio en servicios públicos, generando descontento.
Los ingresos procedentes de impuestos directos crecieron hasta octubre un 9,3%, lo que explica 5,3 puntos del incremento de los ingresos totales.
La recaudación de Hacienda hasta octubre ya se sitúa cerca de 20.000 millones de euros por encima de la de todo 2023. En un informe de octubre de la Agencia Tributaria (AEAT) se recoge que en los primeros diez meses del año los ingresos tributarios han sido de 254.873 millones, con un crecimiento del 8,3% respecto a todo lo recaudado en 2023, que fueron 235.391 millones de euros. La AEAT atribuye el «comportamiento muy positivo» de los resultados al buen comportamiento de los ingresos por impuestos directos, es decir, IRPF e Impuesto sobre Sociedades. A lo anterior se añadiría el final de las rebajas del IVA a la energía y sobre los impuestos a la electricidad.
En octubre los ingresos tributarios alcanzaron la cifra de 49.861 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10% respecto a la recaudación del mismo mes del año 2023. Hasta octubre los ingresos crecieron un 8,3% (7,1% los ingresos brutos y 2% las devoluciones realizadas). Los ingresos en términos homogéneos aumentan en lo que va de año un 7,7%, tasa cuatro décimas superior a la acumulada hasta septiembre.
Se mantiene el fuerte ritmo en las retenciones del trabajo y en las retenciones sobre los rendimientos del capital mobiliario y sobre ganancias patrimoniales en fondos de inversión. Los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas crecieron en octubre un 9,1%, ligeramente por encima del 9% del conjunto del año. El IRPF se anota un alza del 7,8% hasta octubre.
En las retenciones por pensiones, la evolución, aunque un tanto irregular, se ha mantenido alrededor del 11,3% que se promedia en el año (unos 7 puntos debidos al incremento de la masa de las pensiones y otros 4 derivados de la subida del tipo medio).
Octubre es el mes con más recaudación del año en Sociedades al ingresarse el segundo pago fraccionado. Los buenos resultados de este pago han impulsado el crecimiento acumulado en el año, a pesar de los más de 2.500 millones que se perdieron hasta octubre por diversas medidas normativas. Los ingresos del segundo pago a cuenta crecieron un 12,3%.
En los grupos, en cambio, la base disminuye por la compensación de las medidas sobre consolidación del año pasado, pero el efecto queda parcialmente compensado por el mayor peso del pago mínimo (ligado a los resultados y no a la base). En total, el avance en Sociedades hasta octubre es del 14,1%.
En su conjunto los ingresos procedentes de impuestos directos crecieron hasta octubre un 9,3%, lo que explica 5,3 puntos del incremento de los ingresos totales.
El crecimiento del IVA, del 7,4% hasta octubre, contiene el incremento de ingresos derivados de la subida paulatina a sus niveles originales, aunque la AEAT asegura que la subida reciente de los tipos de los alimentos básicos no se verá en la recaudación hasta diciembre. En términos netos el impacto positivo de los movimientos de tipos suma siete décimas al aumento de los ingresos.
En octubre los ingresos homogéneos de los Impuestos Especiales aumentaron un 7,7%; sin la electricidad, que ya ha recobrado el tipo del 5,11%, solo crecerían un 1%. En este último caso el crecimiento se debió casi exclusivamente al Impuesto sobre Labores del Tabaco, que subió en octubre un 3,4% (2,1% en el año). Hasta octubre, los Impuestos Especiales crecen un 5,6%.
El Impuesto sobre Hidrocarburos registró los mismos ingresos que en octubre de 2023, rompiendo la buena racha de resultados de los meses anteriores (en media de agosto y septiembre el crecimiento fue del 4,3% y en el acumulado del año el incremento es del 1,7%). El mal dato se produce por la caída del consumo del gasóleo de automoción, aunque también el consumo de gasolinas sufrió una desaceleración significativa.
Los ingresos de los impuestos sobre el alcohol experimentaron un ligero incremento en octubre (0,6%).
La carga fiscal que soportan los ciudadanos en España y Melilla está siendo motivo constante de debate. Con un sistema tributario que abarca impuestos directos e indirectos, los españoles y melillenses dedican, de media, la mitad de su tiempo laboral al cumplimiento de las obligaciones fiscales. Esta presión fiscal, que engloba: impuestos sobre la renta, el consumo, y las empresas, supera en muchos casos a la que enfrentan los ciudadanos de otros países europeos.
En la Unión Europea, la presión fiscal varía significativamente. Según datos recientes, países como Dinamarca y Francia lideran en términos de recaudación tributaria en relación con su PIB, pero ofrecen a cambio servicios públicos más extensos y de alta calidad, incluyendo educación, sanidad y pensiones robustas. Sin embargo, países como Irlanda o Estonia, con sistemas fiscales más ligeros, logran atraer inversiones y fomentar un mayor crecimiento económico, gracias a incentivos fiscales que favorecen tanto a empresas como a trabajadores.
España, por su parte, ocupa una posición intermedia-alta en este ranking. Sin embargo, el retorno de los impuestos en forma de servicios públicos no es percibido como satisfactorio por la ciudadanía, especialmente en regiones como Melilla. Allí, la situación se ve agravada por limitaciones geográficas y económicas que dificultan el acceso a los mismos estándares de bienestar que en otras zonas del país.
El contraste es evidente: mientras en muchos países europeos la presión fiscal se equilibra con un tejido productivo dinámico y un sistema de bienestar sólido, en España y Melilla persiste la sensación de que los altos impuestos no se traducen proporcionalmente en beneficios tangibles. Esto genera descontento y un clima de incertidumbre económica que afecta tanto al ciudadano común como a los emprendedores.
En un contexto de creciente competitividad global, la reflexión sobre el modelo fiscal y su eficiencia es indispensable. Un sistema que valore tanto la justicia tributaria como el estímulo al crecimiento podría ser la clave para aligerar la carga sobre los trabajadores/empresas y fomentar una economía más competitiva y equitativa.
Los dispendios de nuestro actual gobierno (un ejemplo es cómo este ha multiplicado por 11 lo que cobran los consejeros de RTVE) en temas inútiles e/o innecesarios generan críticas crecientes en la población. La sensación de que se paga mucho para recibir muy poco (y para que se aprovechen los afines al gobierno) es prácticamente generalizada.
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