Emilio Sanz Gala, entonces funcionario de prisiones de 26 años, casado con una melillense que prefería no revelar su identidad, protagonizó en esas fechas un episodio cuyo argumento parecía sacado de una pesadilla. Por una supuesta infracción de tráfico, y según su testimonio, dos policías le insultaron, vejaron, golpearon, engrillaron y arrojaron -junto a su esposa- a una furgoneta, en donde fue conducido a Comisaría. La intervención de la Policía Local arrojó el resultado de "erosiones múltiples en todo el cuerpo así como derrame sanguíneo en el ojo derecho" de Emilio Sanz, tal y como constaba en uno de los partes médicos. Hechos que se produjeron en las inmediaciones de la Plaza de Toros, en la calle Querol, y minutos antes de que comenzara la corrida organizada por La Legión.
