Guelaya se congratula por la instalación de contenedores amarillos

Guelaya Ecologistas en Acción pidió a la Consejería de Medio Ambiente la instalación de los contenedores amarillos en 2015, fecha establecida por la Ley de residuos para hacerla efectiva en todo el territorio nacional.
Según los ecologistas melillenses, el Plan Integral de residuos de Melilla, para el periodo 2012-2016, establecía la valorización energética para el 100% de los envases, a pesar de que hacía constar la fecha límite de 2015 para instalar los contenedores amarillos y la recogida selectiva de envases plásticos, lo que no se produjo a pesar del requerimiento legal.

En concreto el ya caducado plan de residuos 2012-2016 decía esto. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la directiva marco 2008/98 del parlamento europeo y del consejo de 19 de noviembre de 2008, traslada a la legislación Española mediante la "Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, afecta de forma relevante a la planificación y gestión de los residuos urbanos de origen domiciliario, que, y en relación con los residuos de metal y plástico establece su recogida selectiva para el año 2.015.

Sin embargo, sus conversaciones con la Consejería se toparon con un informe redactado por ECOEMBES, que argumentaba que era mejor quemar los envases de plástico en la incineradora de Melilla, motivo por el cual Melilla una vez más es la única ciudad española (capital de provincia o ciudad autónoma) que todavía no recicla los envases y brick.

Actualmente, el Plan integral de residuos de Melilla 2016-2022 (PIGREMEL) está a la espera de resolución ambiental. Guelaya Ecologistas en Acción Melilla presentó alegaciones, al considerar que las tasas de reciclaje que se planifican en el PIGREMEL son muy bajas y se enmascaran con la valorización energética.

Desde Guelaya, entienden que sus declaraciones de Guelaya no son barbaridades, como afirma el consejero, sino alegaciones que finalmente han sido aceptadas, sin que se nos haya comunicado, por lo que no podemos más que alegrarnos de que por fin, Melilla comience a cumplir con sus obligaciones en materia de políticas públicas sobre residuos, aunque el camino que queda por recorrer es largo.

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