El pasado 17 de septiembre Guelaya Ecologistas en Acción realizó una caminata, saliendo del mercado del Real, para acceder por la calle la Legión y el parque forestal al sendero verde, y terminar el recorrido por el arroyo de Alfonso XIII y el río de Oro hasta su desembocadura. La asociación ecologista ha querido agradecer públicamente a los vecinos del Real y a su Asociación de Vecinos, su colaboración y participación en la actividad. La actividad cubría tres zonas totalmente diferentes, por lo que tuvieron la oportunidad de hablar y comentar los principales problemas encontrados.
En la primera fase, en la calle la Legión, Guelaya Ecologistas se ha sumado a las quejas de los vecinos porque asegura que no se ha producido ninguna iniciativa previa a la obra para informar a los vecinos y “no se ha buscado ningún consenso” sobre la misma.
"La forma en la que se ha ejecutado la obra de la calle la Legión, con independencia del objetivo que ésta tuviera, no es asumible. Retrasos, parones…" ha indicado Guelaya, para añadir que "en algunos medios locales se puso en boca de la Ciudad Autónoma el comentario de que la obra era una chapuza. Compartimos ese comentario".
En la entrada a la Pista de Carros, futuro Sendero Verde, dicen que comenzaron viendo la basura y escombros depositada en la puerta del Centro de interpretación del Parque forestal. "Una manera de hacer Europa", decía el cartel frente a los escombros, ironiza la asociación.
El primer tramo de la pista de carros, hasta la confluencia con la carretera que va al fuerte de la Purísima, "parece haber menos escombros que el año pasado, pero en el tramo siguiente, hasta el campo de golf, los escombros han aumentado, y ahora se mezclan con zapatos como los que aparecieron en el río de Oro" apunta.
Finalmente, entraron en el cauce del arroyo Alfonso XIII hasta salir al río de Oro. Manifiesta que dos problemas prioritarios merecen su atención: "Las especies invasoras que ocupan el cauce, impidiendo incluso caminar por el mismo. En caso de riadas estas especies suponen un problema". Asimismo prosigue indicando que en varios puntos el cauce se convierte en un auténtico vertedero, en un caso por el botellón y a la altura del Lidl, embalajes de bebidas (varios metros cúbicos), arrojados al cauce por clientes que cargan sus coches junto al arroyo".
Bajo los puentes de la rotonda de las Palmeras, sigue saliendo, al igual que hace varios años, agua de forma permanente por conducciones que vierten al cauce, que es aprovechada como lavabo y como ducha por las numerosas personas que han encontrado viviendo debajo de los puentes.
Una vez en el río de Oro, señalan desde la asociación, "pudimos observar cómo las especies autóctonas defienden su territorio frente a las especies invasoras y cómo la vegetación sirve de filtro verde para que el agua corra limpia por el cauce, dando refugio a numerosas especies de aves, y cómo el río acaba en la alcantarilla que le impide llegar al mar".
La desembocadura, en cambio, se reserva para las emisiones de aguas fecales, que se mantienen en grandes charcos gracias a los trabajos realizados para que no salgan a la playa.
