Guelaya-Ecologistas en Acción ha denunciado las podas que se han llevado a cabo en el barrio de la Victoria que están dejando a los ficus en su “mínima expresión” cuando la sombra de sus copas “es más necesaria” dado el caluroso verano. La asociación Guelaya-Ecologistas en Acción afirmaba en un comunicado en su blog que los vecinos del barrio de la Victoria han informado a la entidad "que se están volviendo a podar los ficus de esta barriada, que apenas se habían recuperado de la anterior poda".
En especial, apuntan "cuando más necesaria es la sombra que dan estos árboles ante el verano especialmente duro que soporta la ciudad este año".
La asociación no comprende la "fijación por dejar a los ficus exhaustos y peligrosamente mermados de las hojas que permiten la supervivencia del árbol a la vez que nos aportan sombra, humedad y oxígeno".
Del mismo modo, apuntan que es "especialmente ilógico que las podas de estos ficus dejen sus copas reducidas a la mínima expresión, dándoles el aspecto de cerillas, cuando precisamente la mayor virtud de estos árboles es el gran tamaño de sus copas".
Dicha "virtud", apuntan desde la asociación, es notable en la especie Ficus microcarpa, "la más abundante en la ciudad, es la que convenció a los urbanistas de principios de siglo de la conveniencia de usar esta especie para decorar y dar sombra en las grandes capitales mediterráneas".
Guelaya asegura que ya ha enviado escritos a la administración pero reciben la "callada" por respuesta. Así, insisten en que "no cejaremos en la denuncia de este desatino que nos hurta la sombra en una ciudad muy necesitada de ella", toda vez que "amenaza con acabar con la vida de los ficus centenarios de Melilla, un patrimonio que constituye todo un emblema, y que alguien en los últimos años ha decidido dilapidar".
Las piden los ciudadanos
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, apuntó en declaraciones a este periódico que “hace unos años se quitaba más ramaje” en las podas, pero éstas son necesarias. Y es que según explicó los ciudadanos “piden, muchas veces por escrito, más podas y que los árboles, especialmente los ficus, se separen más de los edificios”. Quevedo afirmó que no es la primera vez que recibe esta queja de la asociación pero apunta a que “son podas habituales, programadas y solo de los extremos de las ramas”.
