¿Nos sentimos, los melillenses, protegidos por nuestro Gobierno o no, como escribió Marcos R. Pérez González en su artículo “De nuevo la guerra silenciosa de Marruecos” que publicamos el lunes? Es de temer que Marcos Rober tiene razón.
El ministro del Interior, el antes decidido juez Marlaska, “tampoco da una fecha para la reapertura de la frontera de Melilla con Marruecos”, publicamos en nuestro periódico de ayer.
Con ser desalentadora esa noticia, aunque no inesperada, lo que ya resulta indignante, lo que solo se puede calificar como una tomadura de pelo a los melillenses, es que la explicación que da el ministro Grande-Marlaska a tanta indecisión -le pagamos para que tome decisiones, no para que las eluda- es eso tan repetido por diferentes representantes de este Gobierno, eso de que “se trabaja de una forma seria y continuada”.
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Frontera y la tomadura de pelo