Ex eurodiputados melillenses viven con conmoción y rechazo los atentados terroristas de Bruselas

Ex eurodiputados melillenses como Jorge Hernández Mollar del Grupo del Partido Popular Europeo o Abdelkader Mohamed Ali del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea vivieron con bastante conmoción y rechazo a la vez, aquella mañana del pasado martes en el que se pudieron ver las duras imágenes del aeropuerto de Zaventem y la estación de metro de Maelbeek. Por ello, tras conocer lo ocurrido contactaron con funcionarios y eurodiputados con los que han trabajado, quienes "afortunadamente" no se han visto afectados directamente por el atentado. Jorge Hernández Mollar, ex eurodiputado melillense del Grupo del Partido Popular Europeo estuvo trabajando en Bruselas como diputado desde 1995 hasta 2004, entre otras responsabilidades a lo largo de su trayectoria política. Por ello, las imágenes del atentado ocurrido el pasado martes le generan sentimientos encontrados, tal y como relató en declaraciones a este diario.

Y es que lamenta como "el terrorismo ha destrozado vidas humanas", tanto en las instalaciones del aeropuerto en el que ha pasado numerosas horas, como en la boca del metro donde ha atentado el terrorismo yihadista que mantiene consternadas a las instituciones europeas.

Hernández considera que "hay que hablar con naturalidad de el inicio de una tercera guerra mundial atípica que empezó con el 11S y siguió con los ataques en Madrid, Londres, Paris y Bruselas". Así, aseguró que hay que abordar este fenómeno "muy seriamente y desde la gravedad que supone un ataque frontal al mundo occidental", en el que se "está dispuesto a combatir contra lo que son los valores de todas las civilizaciones".

Presidente de la Comisión de Libertades Públicas
El ex eurodiputado popular, que ha sido también presidente de la Comisión de Libertades Públicas e Interior en el Parlamento Europeo, explicaba su implicación desde la Cámara en la elaboración de medidas para luchar contra el terrorismo en aquel momento en España por parte de ETA.

En este sentido, destacó la importancia que desde el punto de vista internacional tuvo la unidad de las fuerzas políticas para tomar medidas desde el punto de vista financiero y político. Medidas, apunta que hay que seguir aplicando aunque ahora la Unión Europea cuente con mayor número de países y sea más difícil un acuerdo común.

Por ello, el ex eurodiputado considera que Europa "tendrá que reflexionar sobre los avances que tiene que dar en materia de política de seguridad común, así como el fortalecimiento de las fronteras exteriores". A esto se suma, el trabajo que se debe llevar a cabo con los países origen para que colaboren en la lucha contra el terrorismo, ya que cree que "también son responsables de su seguridad y la del resto de mundo".

El ex eurodiputado nada más conocer los sucesos ha contactado con sus compañeros en la Eurocámara y funcionarios que "afortunadamente", celebra, no se han visto afectados, aunque viven con "rabia y temor" por la situación de Bélgica.

"Todos al unísono"
Abdelkader Mohamed Ali fue eurodiputado melillense en la quinta legislatura desde 1994 hasta 1999 por el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, por lo que ver las imágenes del metro y el aeropuerto a través de los medios ha sido "sobrecogedor".

Asimismo, Mohamed que indicó ser creyente y practicante del Islam, quiso recalcar la oposición y lucha que tiene la "gran mayoría" de la comunidad musulmana en contra de los terroristas a los que calificó de "criminales, asesinos y bárbaros".

Por ello, considera necesario que más allá de las diferencias ideológicas o religiosas que tenga cada uno, "todos deben luchar al unísono", en especial, los musulmanes, cree el ex eurodiputado, ya que "tenemos la misión primordial de lanzar afuera de nuestras filas a cualquier individuo que tenga una mínima cercanía a este pensamiento tan bárbaro".

Mohamed recuerda una estampa diferente de la que se vive estos días en Bruselas, y es que siempre tras las sesiones parlamentarias paseaba hasta el centro de la ciudad y para volver siempre iba hasta la estación de metro de Maelbeek.

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