Carta del Editor.MH, 15/6/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
¿Hasta cuándo, Sánchez, vas a seguir abusando de la paciencia de los españoles? Hasta 2027… y después más, contesta Catilina/Sánchez. “Tiene usted que dimitir, señor Sánchez”, le dice Alberto Núñez Feijóo, siempre tan comedido. A Sánchez no se le escapa la risa porque, en su permanente comedia, el jueves le tocaba hacer el papel de víctima llorosa y burlada por el que tanto quería, once años de amor, a pesar de apellidarse Cerdán. Por el que ese Sánchez ahora triste sentía pasión… aunque no tanta como la que sentía y siente Sánchez por sí mismo y por el poder.
¿Hasta cuándo, Sánchez, vas a seguir abusando de la paciencia de los españoles? Hasta 2027… y después más, contesta Catilina/Sánchez
Ese Sánchez que protagoniza otro libro sobre el gran dictador: “Pedro Sánchez o la pasión por sí mismo. Anatomía de un dictador”, de Antonio Elorza, catedrático de Ciencias Políticas, ex comunista.Ese Sánchez que pretende abrir un debate político sobre la reforma de la Constitucion para atar el apoyo de Cataluña y el País Vasco, para avivar el enfrentamiento entre las dos Españas, entre la España periférica y la Gran Madrid, en esta ocasión, amenazando con un referéndum constitucional sobre el modelo territorial, otra gran mascarada de Sánchez para intentar mantenerse en el poder hasta 2027.
Ese Sánchez que maneja un guiñol cabezón investido Fiscal General del Estado, aprovechando uno de los mayores errores de la Constitucion de 1978, el de atribuir al Gobierno el nombramiento del fiscal general del Estado. El artículo 124 de la CE dice expresamente que debe promover la acción de la Justicia y defender los derechos de los ciudadanos, siempre actuando dentro de «la legalidad y la imparcialidad». Dos palabras que son muy importantes, porque rebelan que el legislador pretendía que el trabajo del fiscal general no estuviera supeditado a los intereses del Gobierno. En otros países de nuestro entorno la continuidad de un fiscal general procesado sería imposible. Pero aquí el Gobierno prefiere poner bajo sospecha a los jueces mientras arrecian los indicios de corrupción y emergen los sumideros del Gobierno sanchista.
Ese Sánchez que apareció el jueves aparentando estar muy triste porque se acababa de enterar que, según él, sus dos principales ministros le habían engañado durante once años, sin que él -el gran dictador- se hubiera dado cuenta de nada.“Pido perdón por esta desilusión”, dijo el tirano farsante, súbitamente desilusionado. “Pongo mis manos en el fuego por Santos Cerdán”, repetían ministras y ministros socialistas horas antes de la “dimisión”. Una comedia bufa…y trágica.
«Les pido que tomen valor, que se metan y jueguen, y que den la pelea en la política porque no se cambia desde las gradas, se cambia peleándose cuerpo a cuerpo contra los políticos corruptos», dijo Milei
Por cierto, en otro sitio de Madrid había aparecido, días antes, el presidente de Argentina. La admiración del público por Milei se hizo presente cuando subió al escenario. Un grito desesperado de «¡te necesitamos aquí!» se escuchó con fuerza en el auditorio. «Les pido que tomen valor, que se metan y jueguen, y que den la pelea en la política porque no se cambia desde las gradas, se cambia peleándose cuerpo a cuerpo contra los políticos corruptos», dijo Milei como despedida, en el Madrid Economic Forum del domingo pasado. “Sepan que, contra los socialistas de mierda, yo voy a estar de su lado”, resaltó, para terminar, y provocó el delirio.
Leo esta frase, de un artículo -“El nuevo Hospital Universitario”, de Mª Elisa Perlado del Campo- que publicamos el domingo pasado, y se me pone la piel de gallina. Lo que ha ocurrido estos días, con Pedro Sánchez como fondo y actor principal, nos da una idea del terrible abandono institucional que caracteriza a España y muy especialmente -repito: muy, muy especialmente- a Melilla.
Con este Gobierno sanchista España está maltratada y camino de la catástrofe, como cualquiera de los países comunistas que existen, pero Melilla -una ciudad institucionalmente comunista- está acercándose a la muerte
Con este Gobierno sanchista España está maltratada y camino de la catástrofe, como cualquiera de los países comunistas que existen, pero Melilla -una ciudad institucionalmente comunista- está acercándose a la muerte. Tiene razón Milei cuando pide que tengamos valor, que actuemos, que demos la batalla en la política, “porque no se cambia desde las gradas, sino peleando cuerpo a cuerpo contra los políticos corruptos”, o estatistas y equivocados, añado yo. Porque hay muchos tipos de corrupción política en España (Melilla incluida), además de los denunciados estos últimos días por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
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