Que ya es decir. Hoy no vamos a descubrir el Mediterráneo, cantado magistralmente por Serrat, con el título de la Columna que “canta” sola y se baña en aguas tan cercanas a nosotros y tan lejanas. Nuestra orilla es cálida y cercana a la vez y es testigo permanente desde hace siglos; tiene una memoria prodigiosa porque ha sufrido mucho y sigue sufriendo. Y quien no quiera verlo u oírlo que se compre unas gafas y un audífono. Así de fácil y de claro.
Hasta cerca del S. XVIII las pesadillas eran consideradas obras de monstruos que se creía que se sentaban en el pecho de los durmientes y lo oprimían con su peso, de ahí su nombre. En el Arte y la Literatura están recogidas por Henry Fussoli, Coleridge, García Márquez y Borges. Y la Sabiduría Popular, que acoge los Refranes, nos da el antídoto clave: “Con pan y morcilla, nadie tiene pesadillas”.
¿Pero qué es una pesadilla? Es un sueño perturbador con sentimientos de ansiedad, terror o miedo que despierta al que la sufre por el estado de agitación que le produce. Cuando todo lo anterior en lugar de ocurrir esporádicamente lo hace con bastante frecuencia y con manifestaciones agudizadas, hablamos de Trastorno de pesadillas.
Los niños suelen tener pesadillas esporádicas entre los tres y los seis años, disminuyendo a los diez. Las mujeres adolescentes y adultas jóvenes tienen pesadillas con mayor frecuencia que los hombres.
Entre las Causas que pueden desencadenarlas tenemos el Estrés, la Ansiedad, Traumatismos físicos o psíquicos, en casos de Apnea de Sueño, Privación de sueño, algunos Medicamentos, abuso en el consumo de Tóxicos y Drogas y sobre todo en su abstinencia, si esta es brusca, como en el caso del alcohol, Ver películas o Leer libros de terror antes de ir a la cama.
Los Síntomas pueden ser muy variados. El sueño parece real y es muy angustiante y frustrante, llegando a despertar a los afectados y los hace sentir atemorizados, amenazados, ansiosos, tristes e incluso enojados por la falta de descanso y por la situación desagradable que ocasionan. Suelen producir también aceleración de los latidos cardíacos (Taquicardia) y dificultad respiratoria con sensación de ahogo. La mayoría de las veces, al despertarse, recuerdan lo soñado.
El sueño, tras la pesadilla, provoca angustia e impide volver a dormir con facilidad.
Con respecto al Diagnóstico, no suele ser preciso acudir al médico a no ser que sean muy continuadas en el tiempo y ocasionen síntomas importantes. Por lo general tampoco precisan de tratamiento, a menos que se deban a un trastorno no diagnosticado o en casos de estrés o ansiedad frecuentes.
Sí suele ser conveniente medidas Preventivas encaminadas a regular el estilo de vida, como fijar una rutina regular y relajante antes de ir a dormir, evitar el alcohol, tabaco, cafeína y otras sustancias tóxicas, ofrecer tranquilidad a los niños pequeños como dejarles abierta la puerta de su cuarto, con una luz tenue en su habitación y dejándoles tener su juguete preferido, si quieren tenerlo, en su cama.
Acceda a la versión completa del contenido
“Eres peor que una pesadilla”
Ahora puede comprar la "Versión Digital" del Diario en formato PDF desde cualquier parte del…
El delantero sub-23 se une inmediatamente a las filas unionistas para lo que resta de…
El socialista Julio Millán se convirtió este jueves de nuevo en alcalde de Jaén tras…
Tres de cada cuatro titulados en FP dual de Grado Medio están trabajando cuatro años…
También destaca que se desarrollarán las condiciones relativas a un plan de salidas voluntarias incentivadas…
Un grupo de empleados de los Centros Socio-Educativos de Melilla han denunciado que no han…