En Memoria de Isabel Arias Gonzalez

“Algo se nos fue contigo, las raíces de nuestra vida y nuestra sangre”, eras el último eslabón de la cadena que nos quedaba unida a nuestros mayores, a los que vivisteis de manera presente en nuestra infancia. ¡Qué pena no poder verte ya, no poder escucharte! Es tanto lo que has aportado a nuestras vidas, que siempre te llevaremos con nosotros porque nos distes lecciones de humanidad, generosidad y entrega. ! Qué grande eras! Pensabas que esta última batalla la ibas a ganar tú sola, y no pudo ser. Te callaste para no preocuparnos y fue muy tarde cuando descubrimos esta maldita enfermedad. Pero como tu vida ha sido entrega, al final de tus días te rodeaste de personas maravillosas que acudieron para ayudarte en tus últimos días.
¡Qué razón cuando dicen que Dios ahoga pero no aprieta!. Todas esas personas hicieron que todo fuera más fácil. ¡Gracias a las maravillosas personas y profesionales que integran la UNIDAD DE CUIDADOS PALIATIVOS, personas entregadas y siempre dispuestas a estar ahí ante cualquier duda que se nos presentaba!. ¡Gracias Antonio Castillo, Maribel, Marta, y demás
miembros ( perdonad por no acordarme de vuestros nombres). Todo fue tan rápido¡¡¡. Gracias a los doctores Manolo Requena y Elena Cabello, siempre os tuvo cuando os necesitó y recibió mucho cariño por vuestra parte. ¡Gracias Lorena!, acudiste a curarla todos los días, cuando te pedimos ayuda, siempre con palabras de cariño. ¡Gracias Navila, Halima, Wasima,! por vuestra manera de tratarla, sois grandes personas y ella os cuidará desde donde esté. ¡Gracias prima Maricarmen!, dejaste tu vida en Sevilla, y junto a tu madre os vinisteis para cuidar a nuestra tata. Estuviste 24 horas pendiente de ella durante tres semanas, ( qué hubiéramos hecho sin ti) La cuidaste con la misma entrega que ella cuidó a nuestros hermanos y nuestra madre.¡ Gracias a tus vecinos!,; ¡gracias a los sacerdotes Roberto Rojo y Rafael López porque hicisteis que se sintiera reconfortada espiritualmente; ¡gracias a los amigos que estuvisteis junto a nosotros en esos momentos tan duros. ¡Y gracias a ti, Tata!, por haber formado parte de nuestras vidas, por cómo nos sacaste adelante junto con nuestra madre, tu hermana del alma. Cómo te pusiste al frente de nuestro negocio La Giralda cuando se nos fue nuestro padre. Con valentía y arrojo, como dos guerreras. No había batalla que no lucharais hasta el final.

Te fuiste rodeada de todos tus seres queridos ,y en tu casa como tú querías. ¡Gracias por todo!. Descansa en paz y cuida de nosotros como lo hacías en vida. Te queremos y no te olvidaremos.

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