En memoria de Hassan, el voluntario, mi amigo

Por Mohamed Ahmed Mohamed.

Responsable de asuntos sociales (VIAS)

Este miércoles 20 de marzo de 2025 nos ha dejado mi amigo Hassan, un hombre de convicciones firmes, de carácter fuerte y de una entrega absoluta a los demás. Durante más de veinte años dedicó su vida al voluntariado, en silencio y con total discreción, no desde la comodidad, sino desde la lucha, desde la acción, desde el convencimiento de que la injusticia no se observa en silencio, sino que se combate con hechos.

En los últimos años, canalizó su incansable labor a través del Voluntariado Islámico de Acción Social (VIAS), donde nunca, jamás, ante un caso humanitario, puso una excusa o un “no” por respuesta. No importaban las dificultades, los riesgos o las complicaciones; si alguien necesitaba ayuda, él estaba allí, sin preguntas, sin condiciones. Su ayuda no entendía de barreras ni de obstáculos, solo de humanidad.

Hassan era un hombre que no se doblegaba ante la injusticia. Si veía abuso, alzaba la voz. Si veía sufrimiento, extendía la mano. No se conformaba con discursos vacíos ni con la indiferencia de los que miran hacia otro lado. Su fuerte carácter era su sello, pero también su motor para hacer el bien sin descanso, sin importar el reconocimiento, sin buscar aplausos. Y como si su vida hubiera estado escrita en un destino superior, su regreso a Al-lah ha ocurrido en este mes bendito de Ramadán, el mes del perdón, la misericordia y la redención. Que Al-lah, el Más Misericordioso, lo registre entre los salvados del fuego del infierno y le conceda un lugar de honor en los jardines del Paraíso.

Nuestra última conversación fue, como siempre, un momento de fe y reflexión. Juntos recitamos los versículos que cada mañana le acompañaban al salir de su casa, aquellos que le guiaban en su camino. Hoy, aunque su voz se ha apagado en este mundo, su ejemplo sigue resonando en nuestras almas, recordándonos que la verdadera grandeza está en servir, en luchar y en nunca dar la espalda a quien nos necesita.

Descansa en paz, querido Hassan. Si Al lah nos lo concede seguiremos nuestras tertulias en el Jannah.

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