Carta del Editor
MH, 14/7/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
España-Francia: Una mala relación histórica de cercanía y competencia, de guerras e invasiones. Y una relación futbolística de proximidad: en el equipo español juegan franceses, como Laporte y Le Normand; en el francés lo hacen jugadores de origen español, como Theo Hernández, o que están en equipos españoles, como Mbappé, Dembelé, Tchouaméni, Griezmann o Camavinga.
Ahora, políticamente, ambos países van por el mismo, y mal, camino, con una ingobernabilidad evidente. Francia, con Mélenchon y como España, está dividida con el Nuevo Frente Popular -de viejo nombre y pésimo recuerdo- populista, soberanista y antisemita, que “no es un proyecto de integración sino de división y confrontación”. Como pasa en España con Pedro Sánchez, con el peculiar nuevo Frente Popular -de también horrible recuerdo histórico- y la misma inclinación a la división y a la confrontación.
Futbolísticamente es otra cosa: España está hoy por delante de Francia, como se comprobó el martes pasado, entre el entusiasmo de todos los españoles, independentistas autoexcluidos. Un verdadero equipo, compacto, unido, luchador, se sobrepuso a un gol en contra temprano y al peso de los nombres de una selección que, como la francesa, no es un equipo, sino una presunta suma de individualidades. Juntos somos más, futbolísticamente hablando.
Juntos somos más, futbolísticamente hablando. Espero, y deseo, que España gane hoy a Inglaterra. Hay razones sobradas para ser optimistas
Espero, y deseo, que España gane hoy a Inglaterra. Hay razones sobradas para ser optimistas. Hoy jugamos casi todos los españoles, creo. Obviamente no todos vamos a estar en Berlín, ni en el césped de la final de la Copa de Europa de selecciones nacionales, jugando contra Inglaterra, pero sí estaremos atentos, vía televisión, desde casa o desde pantallas públicas más o menos gigantes, a lo que ocurra a partir de las 9 de la noche, deseando que gane España.
No se esperaba mucho de la selección española de fútbol, pero jugadores y entrenador sí creían, y su confianza fue aumentando a medida que ganaban partidos, todos los partidos, hasta llegar a esta final de hoy en la que, visto lo visto, lo raro sería que España no ganara. En una situación general mala, preocupante, esta ilusión colectiva española resplandece con especial intensidad, así que hay que pensar algo así como ¡que se mueran los feos! (por no hablar de separatistas y así) y ¡Viva España! Juntos, todos somos más.
Juntos somos más, es cierto, pero esa es una frase de la que se puede abusar y de hecho se abusa con frecuencia. Hacienda lo hace, por ejemplo, como bien se explica en el libro “Hacienda somos todos, cariño”, sobre “cómo nos engañan para que creamos que pagamos poco y por nuestro bien”, libro coescrito por María Blanco, Luis Daniel Ávila y Carlos Rodríguez Braun, en el que se explica cómo la Hacienda española acosa al contribuyente para neutralizar su eventual (general) reacción de rechazo y protesta.
“Hacienda somos todos, cariño”. Cómo nos engañan para que creamos que pagamos poco y por nuestro bien
Ese “somos todos” es ya un punto fundamental de la retórica política: identificar Estado y sociedad. “Sobre esta falacia se monta la propaganda del fisco, una falacia totalitaria”. El libro concluye recordando una dura advertencia bíblica: «El desaprensivo se dedica a inventar maquinaciones para sorprender a los pobres con palabras engañosas» (Is 32, 7). “En efecto, si atendemos la advertencia bíblica, Hacienda no somos todos, ni aceptamos eso, ni es siempre para bien. El Estado reiterada y manifiestamente nos miente, insistiendo en que sus usurpaciones son lo mejor que nos puede suceder, y que en ausencia de éstas reinaría, por seguir con las Escrituras, el llanto y el crujir de dientes”.¿Qué diferencia hay entre un taxidermista y un recaudador de impuestos? Que el taxidermista sólo te quita la piel (Mark Twain). “Si aumenta el número de quienes desconfían del cariño de Hacienda, puede que se rompa el círculo vicioso en el que los poderosos nos animan a permanecer, obedeciendo, callando y pagando por nuestro bien”, que no es el nuestro, sino el de los totalitarios.
Lo de Hacienda se inserta en el actual panorama de degradación institucional española. Entre tanta tristeza, un campeonato futbolístico de Europa sería un gran alivio emocional
Lo de Hacienda se inserta en el actual panorama de degradación institucional española. “La ley está perdiendo la dignidad, en la que descansan su legitimidad y su eficacia como instrumento útil de resolución pacífica de los conflictos y de garantía de los derechos de los ciudadanos, (pero) a la hora de elaborar las leyes, la voluntad política prevalece, en muchas ocasiones, sobre la razón jurídica” (el catedrático Manuel Aragón, en ABC, el miércoles). Entre tanta tristeza, un campeonato futbolístico de Europa sería un gran alivio emocional.
Acceda a la versión completa del contenido
En fútbol, juntos somos más
Leo Faus, primer gimnasta masculino de Melilla en gimnasia rítmica, se une en enero a…
Desde este miércoles, todos los envases de uso doméstico en España deben incluir información obligatoria…
El año arranca con subidas en las tarifas de las principales compañías de telecomunicaciones, en…
SE TRATA DEL PILOTO DE MOTOS RACHID AL-LAL Y DEL COPILOTO DIEGO ORTEGA El principal…
El torneo, que se prolongará hasta el próximo martes 7 de enero, reúne a más…
España y Marruecos avanzan en la apertura de aduanas comerciales en Ceuta y Melilla tras…