La descomposición del gobierno local cada día es más preocupante. La situación de Melilla no es el tema principal para el gobierno. Las arcas municipales están repletas de dinero que no saben qué hacer con él. La gestión es deficitaria como vemos en las ayudas a las empresas contra los doce millones de euros prestados por la banca. Lo insólito sería que dentro de unos meses este dinero siguiera en las cuentas municipales y no se convierta en capital circulante en la ciudad para remontar la vida económica y social que padecemos.
Un ejemplo escalofriante de la situación es la partida de “Prevención e inserción social”. El PP tenía para salario social 4.600.000 euros. El gobierno actual la bajó a 3.240.000 euros y con las modificaciones crediticias la subieron a 3.800.000 euros, al día de la fecha creo que se han gastado un 30% en ayudar a los más necesitados. No es de recibo con el problema de pobreza que tenemos. El gran gestor es el “niño maravillas” de quien depende, pero su preocupación está más en cómo cargarse al presidente que en resolver los problemas de los más vulnerables. ¡Viva el socialismo de celofán!
Suciedad
Los principios y finales del gobierno están en aguantar todo el tiempo que se pueda. Ellos viven en un simulador de la realidad. El valor de la verdad y la realidad no saben donde se encuentran. Actúan bajo demanda y de forma caprichosa. Melilla está sucia, pues contratamos muchas cuadrillas para que la empresa en cargada de la limpieza gane más. Desde el día 26 de agosto los contenedores de la calle Sidi Abdelkader no se han limpiado ni desinfectado, sí le han rociado agua por encima tres veces, limpiar lo que es limpiar nada de nada, tienen más mugre que las cloacas del averno. Ahora sé por qué hay tantos Yenún por la ciudad. Éstos se retroalimentan colocándose en la limpieza. Y digo yo, ¿quién controla a la adjudicataria para que cumpla el pliego de objetivos? Antes había un funcionario dedicado a esta cuestión. Ahora no sé. En la suciedad siempre hay mierda.
Alta Dirección
Si con la entrada de tantos altos funcionarios en el Ayuntamiento funcionara mejor, bienvenido sea, pero la administración local es un caos. La Consejería de Administraciones Públicas no tiene rumbo es un maremágnum de incompetencia o de desidia. No sabemos si le ha respondido el abogado del Estado a la insigne consejera sobre qué hacer con los que han entrado por cesión ilegal de trabajadores. El gran error cometido en la oferta pública de empleo con las personas de movilidad reducida. La ausencia de matarifes, dice que es responsabilidad del gobierno anterior, puede ser, pero lo cierto es que con el gobierno anterior había carne halal en las carnicerías y con ella no. Tanto políticos como funcionarios “socialistas” dicen que están aprendiendo y estudiando, el problema es que no terminan de aprender por su nulo interés en saber. Alguien ha propuesto que reciban curso acelerado sobre sus competencias.
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